miércoles, 16 de mayo de 2012

Muertes en Rutas: tratar de evitar convivencia con la muerte...


Un accidente ocurrido este martes 15 de Mayo de 2012, en la Ruta Nacional Número 33, en el tramo comprendido entre los kilómetros 320 y 340, donde falleció un joven de Trenque Lauquen, reaviva una vieja solicitud realizada ante las máximas autoridades de la Nación e incluso de la provincia de Buenos Aires.
Ese trayecto de la importante ruta que une los puertos de Rosario y Bahía Blanca, fue alteado en distintos lugares durante la década del 80, cuando las inundaciones provocaron estragos en la región.
Una vez superada la crisis hídrica, fueron muchos los que han solicitado ante los responsables de Vialidad Nacional que se proceda al ensanchamiento y permitir de esta manera una mejor circulación, como también prevenir accidentes fatales. En alguno de los alteos, entre la ruta y lo que queda de banquina hasta los alambrados de los campos linderos, hay entre 4 y 7 metros de profundidad, y las posibilidades de maniobrar ante eventuales desperfectos o malas maniobras, no hay espacio alguno.
El accidente de este martes ocurrió en el kilómetro 325. El auto que está en la foto, era conducido por el joven trenquelauquenche que pereció entre las chapas retorcidas del mismo.
Las pericias policiales y judiciales determinarán con, más o menos precisión, las causas del choque frontal con un camión Mercedes Benz que transitaba en dirección contraria.


El conductor del transporte salió ileso. Por las condiciones en que quedó, habría intentado evitar la colisión. No pudo. Volcó sobre lo poco que hay de banquina (o préstamo vial, como se lo conoce en la jerga técnica). Se puede ver el chasis y más atrás el acoplado.
Decenas de accidentes de estas características han ocurrido en los últimos años. Ni los vecinos de Trenque Lauquen y distritos vecinos, como tampoco los conductores quieren acostumbrarse a la muerte. Por eso han requerido de quienes tenemos responsabilidad pública o mediática, la debida intermediación para lograr ensanchar el tramo apuntado en el primer párrafo.
Las sugerencias hechas llegar a los responsables de Vialidad Nacional, como también a la empresa que tiene a su cargo el mantenimiento, y transmitidas a las autoridades comunales del distrito, han sido realizar trabajos de relleno hasta llegar al nivel de la Ruta Nacional número 33.  De esa manera lograr la ampliación de la vía de comunicación,  constituída en una verdadera trampa mortal.
Trenque Lauquen, como la mayoría de los distritos de la Pampa Húmeda Arenosa, hoy son productores de granos al mismo nivel de lo que se conoce como la Zona Núcleo, por lo que el movimiento de transportes de cargas se ha incrementado considerablemente, a la par que, merced a las políticas públicas implementadas, el número de automotores se ha multiplicado.
Las autoridades nacionales han esbozado, en distintas oportunidades, la posibilidad de aplicar peajes en la Ruta Nacional número 33. La falta de interés en potenciales concesionarias, hace que la misma siga siendo responsabilidad de Vialidad Nacional, la que ha otorgado a privados el mejoramiento. Los trabajos realizados sobre el concreto asfáltico, no han sido suficientes. Es imprescindible que se realice el ensanchamiento. De lo contrario, si no se toman las medidas sugeridas, tendremos que seguir lamentando la pérdida de vidas humanas (volver a lo resaltado en "negritas").
El Gobierno Nacional está haciendo ingentes esfuerzos para disminuír el número de accidentes en rutas, que colocan al país entre los primeros en el lamentable ránking internacional. Tampoco estas políticas serán lo suficientemente exitosas, si las carreteras presentan tramos de altísima peligrosidad.
Por ser viajero incansable sobre rutas nacionales y provinciales, más allá de vínculos directos con los responsables de la conducción del Estado a nivel provincial y nacional, atrevo a sugerir otras medidas para disminuir el número de accidentes:
* Señalización con cartelería, similar a la que se instala en autopistas de ingreso y egreso de Buenos Aires, sobre las rutas que están concesionadas o no.
* Colocación a la vera de las rutas postes con autos destruídos por accidentes, como los existentes en la conocida Ruta del Desierto, que une La Pampa con el Sur Argentino. Solo ver las condiciones en que quedaron esos vehículos hará "arrugar" al más irracional de los conductores.
* Instalación en todas las bocacalles que dan a Rutas Nacionales (también provinciales), señales incandescentes.
* Transferir responsabilidades a los municipios por donde pasan Rutas Nacionales y Provinciales, para que puedan realizar obras complementarias de bajo costo y preventivas. El mantenimiento sería imposible, por razones presupuestarias.
* Construír lomos de burro en tramos peligrosos de Rutas Nacionales, que también deben ser señalizados como corresponde, para que se transite a menor velocidad.
* Presencia policial las 24 horas del día en los puestos viales e incluso en las casillas de peaje, con el fin de transmitir a los conductores los problemas que implica transitar sin respetar las normas, como también el estado en que se encuentran las rutas bajo su jurisdicción.
Argentina está en condiciones de evitar la convivencia con la muerte en accidentes de tránsito.
Las políticas que se están ejecutando parecen ir en la dirección correcta, pero - insisto - son insuficientes.
Como dijera Ortega y Gasset, en este aspecto también nos cabe: "Argentinos...a las cosas"...