sábado, 30 de octubre de 2010

El Poder del Silencio...

El reconocido y respetado Horacio Verbistsky me ha señalado en alguna oportunidad que suelo ser demasiado críptico en artículos que escribí y envié para que analizara e incluso corrigiera.

Hoy lo seré más que nunca, pese a la salvedad hecha por quién admiro.

Se dice que de "imprescindibles está lleno el cementerio". Una realidad innegable, pero en ciertos momentos de la vida de una Nación hay "imprescindibles necesarios". Son los que pueden contribuir poniedo cuotas de orden, racionalidad y desapasionamiento. No es preciso que anden deambulando por medios de comunicación, difundiendo pesamientos ó pronunciando siempre las mismas cosas. Les basta con un teléfono, reuniones rápidas y firmeza en sus modos. Esto último les posibilita conquistar Poder, donde - lógicamente - no están exentas las posturas ideológicas ó el sentido de la pertenencia.

El mediatismo alimenta el ego propio y de los cercanos, pero no deja de ser un arma de "doble filo". Se está constantemente a riesgo de "pisar el palito" y caer definitivamente en las fauces del Pueblo. Este es implacable cuando hay propensión, deliberada o no, a cometer errores.

Por estos días se suceden interrogantes. Si bien pareciera estar ganando la tranquilidad sobre la continuidad de un proyecto, no faltan - y puede considerarse lógico - los que elucubran la apertura de espacios en la consideración interna del partido en el gobierno, como así también en las mentes y corazón de los ciudadanos.

Es en casos de esta naturaleza cuando hace falta el raciocinio por sobre las posiciones fanatizadas ó delirios de predestinación. En circunstancias así, participan preponderamente, sin tener que recurrir a radios, diarios ó canales de televisión, "operando", dirigentes cuya talla no alcanzan a mensurar los politólogos, sociólogos ó consultores de opinión pública. No lo pueden hacer porque a quienes aludo ostentan el "Poder del Silencio".

En Argentina no sobran hombres ó mujeres de la política con esa condición envidiable. Uno de quienes lo ejerció, adecuada y ejemplificadoramente, está ausente.

La mayor virtud de quienes construyen Políticas de Estado, no está en privilegiar/se con los medios. Está en lograr confianza entre sus pares. Consecuentemente ir cimentando, como primera instancia, los caminos para granjearse el respeto del Pueblo al que se deben en su origen. Difícil entender, seguramente, para los que siempre están en la "punta del cable de una cámara" ó en el diario de todos los días. Tan difícil de entender, también, para quienes pretenden imitarlos sin respaldos populares.

El "Poder del Silencio" no figura en ninguno de los libros que he leído durante todos los años de profesión y compromiso político. Tampoco he escuchado hablar de él a especialistas en momentos de crísis ó campañas electorales.

Es el más cautivante de los poderes. El más complicado de entender.

Si se logra desentrañarlo, la experiencia es fantástica. Puede transferirse a los que desean ser partícipes - desposeídos de egolatría y soberbia - de las mesas donde se exponen las grandes discusiones del presente y el futuro.







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