domingo, 25 de septiembre de 2011

El conflicto por la 125 parecía producto de la "imaginación"...



Un post bien doméstico, para reflejar momentos del presente.

Ayer concurrí al cumpleaños de un gran amigo relacionado, por su actividad profesional, con el sector agropecuario.

En la mesa que ocupé, la mayoría de sus integrantes eran aquellos que hace tres años poblaban los famosos “piquetes” en las rutas nacionales, en demanda de la abolición de la resolución 125.

Si bien el festejo hacía que se obviaran muchos comentarios sobre la vida política, y transitáramos las conversaciones en torno a risueñas anécdotas sobre los vínculos amistosos que hemos sabido mantener a través del tiempo, la cuestión no estuvo ausente.

Propio de la idiosincrasia nacional, la incertidumbre está siempre incorporada a los análisis, pero tuve la sensación que aquel conflicto que tanto espacio ganó en la consideración pública, había sido parte de la “imaginación”.

Escuché elogios a la presidenta de la Nación, como nunca los había escuchado. Se destacó el papel de Julián Domínguez al frente del ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, especialmente en su vocación de diálogo. Nadie habló de una política destinada a romper con aquella famosa Mesa de Enlace.

Por supuesto, no fueron pocos los asistentes que subrayaron la situación internacional favorable por la demanda de comoditties, especialmente la Soja, sin restar méritos a las políticas de gobierno. Más aún, hablaron de inversiones y trabajo. Destacaron el “boom” inmobiliario que se está produciendo en ciudades del interior de la provincia.

Algunos de los presentes, que estaban en otros lugares del festejo, habían dejado de saludarme en el 2008. En el mediodía del sábado, después de acercarme a estrecharles la mano y hasta oír algunas reflexiones, quedó la impresión que siguen siendo “protestones”, pero poco rencorosos.

El bolsillo, como dijera el General, es la víscera más sensible del hombre. 

En esta oportunidad, había algo de ello, pero mucho más de esperanza, la que no tiene valor económico.






viernes, 23 de septiembre de 2011

"No hay pueblos chicos, son todos grandes"...



Si bien algunos pueden considerar que es un slogans de campaña, la frase pronunciada por Daniel Scioli, gobernador de la provincia de Buenos Aires, en oportunidad de la recorrida que realizó por el Noroeste, en el transcurso de esta semana, sonó como una caricia para mis oídos y el corazón.

“No hay pueblos chicos, son todos grandes”, dijo el mandatario bonaerense. Una buena manera de conquistar el afecto y compromiso de quienes habitan en pequeñas comunidades, las que en buen porcentaje, se sienten olvidadas ó no tenidas en cuenta como corresponde.

Hace unos años se puso en marcha un programa tendiente a resaltar lo mejor de estos pueblos, muchos de ellos en vía de extinción, producto del despoblamiento que se fue dando a través del tiempo. Lo que parecía una decidida política, más que loable, se diluyó en la consideración pública e incluso dejó de realizarse una comunicación mediática dirigida a generar el interés de todos. Es posible, y quien escribe lo desconozca, que se siga trabajando en el tema. Si fuera así, los que tuvieron la iniciativa y la sostienen, deberían difundirla más, porque no somos pocos los que queremos acompañarla para darle relevancia.

La frase de Scioli - acertada y concreta - tiene especial validez. Surge de uno de los principales protagonistas de la vida política Argentina, y él no solo está para tomar decisiones, sino también para predicar (el término cabe).

En un mundo donde la concentración poblacional en grandes ciudades ó sus cercanías, constituye “el” problema para gobernantes y gobernados, potenciar las cualidades humanas y la calidad de vida de los pequeños pueblos, es imprescindible.

No alcanza con los dichos. Hace falta sumar educación, tecnología, infraestructura y todo aquello que esté acorde a estos tiempos. También, es preciso, que los ciudadanos tomen conciencia.

Es imprescindible un cambio cultural. El cambio, debe implicar dejar de mirar casi apasionadamente las “supuestas” ventajas de los grandes conglomerados urbanos, y que los que dicen amar el interior, rescaten sus valores, no para escribir historias, sino para vivir con mayor dignidad y menos néurosis.

Para quienes poblaron esta fantástica y pródiga geografía Argentina, y en el caso particular de la provincia de Buenos Aires, no existían los pueblos chicos. Los fundaron, poblaron y desarrollaron múltiples actividades. Con el transcurrir del tiempo, por políticas que - obvio en esta oportunidad - se fueron achicando y de algunos de ellos solo quedan las estaciones de ferrocarril derruidas, una que otra vivienda para que reflejen buenos fotógrafos ó pintores, y un silencio que no llega a ser sepulcral, porque se siente el libre canto de los pájaros.

Seré un soñador o utópico, pero estoy convencido que si la dirigencia política habla y ejecuta en los términos pronunciados por Daniel Scioli, acompañada por la decisión cultural de los habitantes, una provincia más armoniosa y justa en la distribución de su población y crecimiento, es posible. 

domingo, 18 de septiembre de 2011

Amplitud Modulada: "Naves Insignias" con alerta de "Tsunami"...


Centenares y hasta miles de veces hemos escuchado y comprobado que “nadar contra la corriente” es imposible, pero hay quienes insistimos en hacerlo. Estamos convencidos que por ahí logramos ganarle a este principio natural y físico.

Los que nacimos y criamos en la apasionante profesión periodística en emisoras de Amplitud Modulada, nos convencimos hasta la médula que las mismas representan auténticas “Naves Insignias”, especialmente en ciudades relativamente pequeñas ó medianas, demográficamente.

Su penetración en el espacio radioeléctrico cuando el mismo estaba separado por extensos kilociclos, permitió la integración de los pueblos, mucho más que el beneficio económico de quienes se atrevieron a ponerlas en el aire. En su instalación, a la par de existir el criterio de brindar servicios, había dosis de filantropía.

Fueron pocos, los que pensaron en el fantástico desarrollo tecnológico que se iba a producir y del que todos gozamos en este presente. Ninguno de ellos, tenía (lo afirmo porque he dialogado extensamente con quienes pusieron piedras basales) la mirada ó premonición de Steve Jobs. Se manejaban con entusiasmo. El entusiasmo de quienes aman la tierra donde nacieron y la esperanza de contribuir desde la palabra a un armonioso crecimiento, alejado de los centros de poder político, económico, social y cultural.

Con el tiempo nacieron, sin legislación alguna, por necesidad de satisfacer una demanda ó por la simple razón de sentirse “propietarios”, las Frecuencias Moduladas (FM). Éstas fueron conquistando la adhesión de los oyentes. No por la calidad de sus servicios, sino por la de su sonido, muy superior a la que pueden brindar las Amplitud Modulada (AM). La falta de una legislación que regulara a las primeras, produjo la primer gran “ola” que “inundó” parte de los "camarotes".

Los grandes desarrolladores de tecnología, han pensado en la radio digital e incluso en la Argentina, los más poderosos empresarios de los medios, cuentan con todos los elementos para ponerla en práctica. Un camino para que las AM sigan subsistiendo. Eso sí, serán – si alguna vez se pone definitivamente en marcha – solo las de ciudades más populosas del país las que podrán brindar ese adelanto. Las del interior, seguirán funcionando como pueden ó definitivamente desaparecerán del espacio radioeléctrico, dejando un vacío que nadie podrá llenarlo. Desaparecerá la historia y consecuentemente también un servicio que nadie podrá brindar.

Pese a cierto pesimismo hasta aquí expuesto, creo que hay salidas. Las mismas pasan por aguzar al extremo el ingenio, con el objeto de seguir “remando contra la corriente”, convencer a las comunidades donde aún funcionan (se han cerrado muchas. Solo quedan inmuebles y antenas como rémora) emisoras de Amplitud Modulada en el interior, que no es saludable la pérdida de sus mensajes, y que los Estados Municipal, Provincial y Nacional, también tomen conciencia. Es éste último a partir de sus gobiernos - sean del signo que sean - que involucrados en la cuestión, insten a perfeccionar la Ley de Medios vigente, que democratiza y “mella” la incidencia de los “grandes”, pero hiere “casi de muerte” a los “chicos”.

Nadie con sentido común y espíritu nacional puede oponerse a la participación en el mundo de las comunicaciones de emisoras para Pueblos Originarios u Organizaciones No Gubernamentales sin fines de lucro. Ello hace a la democratización de la palabra. De todas maneras las mismas, en ciudades pequeñas y medianas, nunca tuvieron censura ó imposibilidad de acceder a las emisoras que hoy sufren las consecuencias de una evidente agonía. No son precisamente, ellas, las que constituyen el "Tsunami" que ya viven las AM del interior con, decenas y decenas de años, de historia.

Unos cuantos de quienes estamos convencidos – equivocados ó no – que las emisoras de Amplitud Modulada son insustituibles, sabemos bien de que se trata y tenemos unas pocas, pero atendibles ideas, para que las “olas” no las tapen y sus “moradores” pasen a formar parte de la lista de los “damnificados sin retorno”.

Solo es preciso que los que poseen poder de decisión en esta actividad, tengan la amabilidad de escucharnos.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Interrogantes...


Estoy lleno de interrogantes. Y Usted ó vos que me lees, no ?. 


La vida está colmada por preguntas.


La cuestión debe pasar, por no transitar todos los caminos sin alguna - por más simple que sea - respuesta. 

domingo, 11 de septiembre de 2011

"La oración de la maestra" de Gabriela Mistral...

Para que inspirarme en este Día del Maestro, si las obras escritas por los más grandes de la Literatura, suelen ser inigualables y reflejan todo lo que uno siente.

Vaya en esta jornada, donde en Argentina se reconoce la tarea de la docencia, tomando como ejemplo a Domingo Faustino Sarmiento, este poema de Gabriela Mistral, maestra y poetisa chilena, nacida en 1889 y fallecida en 1957.

La oración de la maestra


¡Señor! Tú que enseñaste, perdona que yo enseñe; que lleve el nombre de maestra, que Tú llevaste por la Tierra.


Dame el amor único de mi escuela; que ni la quemadura de la belleza sea capaz de robarle mi ternura de todos los instantes.


Maestro, hazme perdurable el fervor y pasajero el desencanto. Arranca de mí este impuro deseo de justicia que aún me turba, la mezquina insinuación de protesta que sube de mí cuando me hieren. No me duela la incomprensión ni me entristezca el olvido de las que enseñé.


Dame el ser más madre que las madres, para poder amar y defender como ellas lo que no es carne de mis carnes. Dame que alcance a hacer de una de mis niñas mi verso perfecto y a dejarte en ella clavada mi más penetrante melodía, para cuando mis labios no canten más.


Muéstrame posible tu Evangelio en mi tiempo, para que no renuncie a la batalla de cada día y de cada hora por él.


Pon en mi escuela democrática el resplandor que se cernía sobre tu corro de niños descalzos.


Hazme fuerte, aun en mi desvalimiento de mujer, y de mujer pobre; hazme despreciadora de todo poder que no sea puro, de toda presión que no sea la de tu voluntad ardiente sobre mi vida.


¡Amigo, acompáñame! ¡Sostenme! Muchas veces no tendré sino a Ti a mi lado. Cuando mi doctrina sea más casta y más quemante mi verdad, me quedaré sin los mundanos; pero Tú me oprimirás entonces contra tu corazón, el que supo harto de soledad y desamparo. Yo no buscaré sino en tu mirada la dulzura de las aprobaciones.


Dame sencillez y dame profundidad; líbrame de ser complicada o banal en mi lección cotidiana.


Dame el levantar los ojos de mi pecho con heridas, al entrar cada mañana a mi escuela. Que no lleve a mi mesa de trabajo mis pequeños afanes materiales, mis mezquinos dolores de cada hora.


Aligérame la mano en el castigo y suavízamela más en la caricia. ¡Reprenda con dolor, para saber que he corregido amando!


Haz que haga de espíritu mi escuela de ladrillos. Le envuelva la llamarada de mi entusiasmo su atrio pobre, su sala desnuda. Mi corazón le sea más columna y mi buena voluntad más horas que las columnas y el oro de las escuelas ricas.


Y, por fin, recuérdame desde la palidez del lienzo de Velázquez, que enseñar y amar intensamente sobre la Tierra es llegar al último día con el lanzazo de Longinos en el costado ardiente de amor.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Que no haya más "Oscarsitos"...


Este viernes no tendré demasiado tiempo para escribir en el blog. Me he propuesto hacerlo diariamente, como una forma de expresar compromisos y gimnasia para las neuronas.

Este tema de Las Pastillas del Abuelo, hizo que lo escuchara un jóven sensible que oficia de operador en la emisora de Amplitud Modulada en la que inicié las actividades profesionales.

Siempre conmueve el espíritu. Hago autocrítica. Sé que he hecho poco para que cada vez haya menos "Oscarsitos". Por ahora, trato de no olvidarme de ellos y aportar trabajo, consideración, compromiso con los que menos tienen.

Va la letra:

Hola amigo, qué tal, soy Oscar

tengo nueve añitos
una casa por algún lugar
y siete hermanitos.
Le cuento que me gusta jugar
pero juego poquito.
En la calle que hoy es mi hogar
comen más los mosquitos.
No se asuste señor, por favor,
no se asuste, no muerdo, no ladro...
aunque a veces mi panza me dice:
"Oscarcito tenemos que masticar algo".
Lo que traigo en la mano es pa' usté...
me dijeron que éste es un santito.
Récele, a ver si usté tiene suerte
y si no le molesta le pido un pesito.
Ay Oscarcito, cómo brillan tus ojitos
Ay Oscarcito, siempre sucias las manitos.
Dónde hay un cacho de sol
para poder calentar
a tu dulce corazón
que no se quiere apagar.
Casi siempre que entro a algún bar
los mozos me sacan a patadas,
pero uno se vuelve más pillo
y puede rescatar algún par de tostadas.
Que después, se comparten señor...
se comparten con algún amigo.
Y si no hay ni una miga
"jalamos" para que el estómago
no haga más ruido.
También tengo un hermano mayor
pero a ese mucho no lo veo
aparece muy de vez en cuando
si la policía no lo anda buscando.
De papá ni noticias señor,
mamá cuenta que nos parecemos.
Se fue un día a buscar el futuro que según nos dicen
todos merecemos.
Ay Oscarcito...
Esta noche es en Constitución
otras tantas aguanto en Retiro
yo prefiero no tener colchón
a que un cura se pase de vivo conmigo.
Y ahora me voy para otro vagón;
la otra vez me comí una paliza
por colgarme con una señora
que no tenía plata y me dio su sonrisa...
Ay Oscarcito...
ay Oscarcito, vení a jugar un poquito
ay Oscarcito, como un duende chiquitito
de estación en estación
vas buscando calentar a tu dulce corazón
que no se quiere apagar...





Celuares: causas perjudiciales del uso desmesurado...


Hace unas horas observé el estado en que quedó este automóvil VW Bora, que se dirigía desde Buenos Aires al sur del país.

Como llevo el periodismo en la sangre, no pude menos que descender de mi vehículo y consultar a un número bastante considerable de gente que se había agolpado en el lugar, y comentaba las características del accidente.

Según se dijo ahí, el conductor del auto siniestrado intentó pasar un camión, sin percatarse que en dirección contraria circulaba un Corsa de tres puertas, que quién lo manejaba apeló a todos los recursos, funcionando a pleno sus reflejos lo que evitó una tragedia.

El conductor del VW Bora debió ser hospitalizado. Se insistía en señalar, en el lugar, que venía hablando por celular.

Es imposible navegar contra la corriente, pero el uso de estos adminículos que nos brindan la posibilidad de estar comunicados en forma permanente, debería empezar a regularse, y no a través de la Educación Vial, sino mediante la aplicación de severas sanciones.

Es común ver como lo usan motociclistas, transeúntes que mandan mensajes de texto sin mirar ni a la izquierda ó la derecha (como si estuvieran en otro mundo); transportistas con camiones de gran porte (viajando a 100 km por hora por las rutas del país); niños en las escuelas (con el argumento que es una manera de estar en línea con sus Padres); jóvenes que te piden una moneda en las esquinas (pero cuentan con aparatos cuyo valor no se ajusta a la tarea mendicante – por desgracia – que realizan). Así podrían ennumerarse otra serie de transgresiones.

Las líneas de celulares han superado a las fijas. Las posibilidades para adquirirlas son diversas y accesibles. Ya lo poseen todos y cada uno de los integrantes de una misma familia. Hay constante aliento a adquirirlos a través de los medios audiovisuales. Telenovela que se emite, personaje que habla por teléfonos móviles. Conductor de programa político que se precie de recibir muchos mensajes, muestra uno de estos aparatos. Así, también, podrían ennumerarse otros centenares de malos ejemplos.

El celular genera grescas en ómnibus de corta y media distancia, subtes ó avenidas con gran circulación peatonal. Si no aparecen los “pungas”, lo hacen los arrebatadores. Se arman bataholas con tal de recuperarlo, y hasta se pone en riesgo la vida. Es como que estamos decididos a “perder el bien más preciado, por un teléfono”.

Incomprensible e inadmisible.

No debería considerarse tentativa de homicidio que alguién conduzca un automóvil, transporte pesado, ómnibus ó motocicleta hablando ó mandando mensajes de texto por teléfono ?.

No debería considerarse un atentado a la seguridad ciudadana, que transeúntes crucen las calles, perdiendo la noción del tiempo y espacio, en idéntica actitud a la anterior ?.

No debería sancionarse a los Padres ó al menos registrarlos, que adquieran teléfonos celulares para sus hijos menores, con el argumento que es una manera de tenerlos cerca ó bien satisfacerles apetencias lúdicas en los tiempos que corren ?.

No deberían las autoridades educativas adoptar medidas disciplinarias contra los alumnos que los llevan a las aulas, y por consiguiente con los docentes que permiten su uso en horas de estudio ?.

Sin ser adicto a la televisión ó al cine, he observado que rara vez encuentro en series y películas americanas ó europeas, a los conductores de programas y artistas andar exhibiéndose con celulares. Ya expuse que en nuestro país se ha convertido en algo común y corriente.

Tengo la sensación que el uso de la telefonía móvil en la Argentina, forma parte del snobismo, donde por sobre todo sobresale el exhibicionismo y hasta una cuestión fálica.

Si el snobismo se transforma en un arma para la muerte ó para pasarle cerca, lo que no entra por los oídos, debería entrar por los bolsillos y el irrestricto cumplimiento de leyes que se cumplan.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

84 por ciento Felices. Hay que creer ó reventar ?...


Una encuesta de la Universidad de Palermo señala que el 84 % por ciento de los argentinos son felices. Hay que darle crédito, pues seguramente, por tratarse de una casa de altos estudios, ha sido realizada con rigurosidad y calidad científica.

Sin haber entrado de lleno en su lectura, pues me baso en los dichos del Decano de la Facultad de Ciencias Económicas, Gabriel Foglia, cabe la pregunta: porque no lo demostramos, si se responde positivamente ante la realización de un muestreo de opinión ?.

El estudio se realizó sobre 1.000 casos en todo el país, y las razones de declararse felices son la Familia, el Amor y la Salud, mientras que el 16 % restante, son infelices por falta de dinero.

Se afirma que al ser ejecutada por Gallup a instancias de la UP, es certera.

Quienes tenemos la oportunidad de mantener contactos diarios con mucha gente, especialmente en grandes ó pequeñas ciudades, percibimos lo contrario.

Lo primero que aparece en la mayoría de los diálogos son rasgos de pesimismo. Los argentinos - no tengo dudas - sin ser especialista en medir “estados de ánimo”, somos “dramatizadores” de la realidad, y en buen porcentaje “presagiadores” negativos del presente y futuro, a la par de discutir el pasado con signos de “saña” y “bronca”.

Aunque no se conozca la realidad de otras tierras, se muestra siempre una clara tendencia a la comparación. Existe en la imaginación colectiva, que el estado de felicidad puede encontrarse en allende los mares, donde no solo se puede vivir con la sonrisa a flor de labios, sino también alcanzar los logros que Argentina pareciera negarnos.

Estudios realizados y que han tenido amplia divulgación pública, señalan que nuestro país, es uno de los que mayor consulta registra a especialistas en psiquiatría y psicología. Quienes recurren a ellos, lo hacen con el propósito que los ayuden a acomodar los “patitos”, ante la subrepticia aparición de angustias ó sensaciones de fracaso, estados que son contrarios a la felicidad. Ni hablar, si se hace zapping televisivo ó radial. Encontramos centenares de “manos y palabras santas” que prometen resolver de un “plumazo” los problemas que parecieran aquejarnos.

“Hay que creer ó reventar”, pero la realidad indica que en los ómnibus de corta, larga y media distancia; en las colas de los bancos u organismos públicos; servicios ferroviarios; estaciones de peaje ó combustibles; espectáculos deportivos; mayoría de medios de comunicación, ya sea gráficos, radiales ó televisivos, ese estado de “Somos Felices”, no se percibe, ni siquiera en el grupo etáreo de 18 a 24 años.

martes, 6 de septiembre de 2011

Crisis Global. Y Argentina ?...


Un amigo economista trabaja desde hace varios días en la preparación de una conferencia sobre la Crisis Global.

Por ser neófito en la materia, me cuesta retener tantos datos volcados en un Power Point de su computadora personal.

Lo breve, dos veces breve.

He quedado impresionado del crecimiento del Producto Bruto Interno de China y la India, en el último quinquenio (2005-2010). Las barras en azul siempre han ido para arriba.

En el mismo informe, la Unión Europea (salvo Alemania) muestra datos escalofriantes en la caída del PBI. Idéntica situación enfrenta Estados Unidos.

El economista es categórico: “la situación va a empeorar”.

A continuación muestra datos de América Latina, y muy especialmente Argentina.

Salvo en el 2010, donde el crecimiento tuvo alguna baja, el quinquenio muestra datos alentadores. No solo del PBI, sino también en la tasa de desempleo.

El economista también es categórico: “el valor de los comoditties, producción de alimentos, construcción y mejoras en la industria”.

El informante, bastante pesimista siempre con respecto a nuestro país, esta vez no hizo comparación alguna.

Los números, son los números, e irrebatibles.

Recurre a preguntarse como enfrentarán EE.UU y la UE está crisis global. No tiene demasiadas respuestas. Solo agrega que China e India, se dieron cuenta que tienen un pueblo trabajador y con salarios bajos. Y que han sido lo suficientemente inteligentes para vender lo que producen, no solo a los ricos, sino también a los pobres.

Y Argentina?.

Contesta: “en la producción de alimentos está su presente y futuro, porque eso es lo que demandan estos países gigantes, que estuvieron mucho tiempo dormidos".

lunes, 5 de septiembre de 2011

Nadie es dueño, para siempre, de "La Sortija"...



En el preliminar el resultado fue inobjetable, incuestionable. Como viene planteada la estrategia, son claros e interesantes los cambios en los mensajes de la “capitanía”. Las variables – entonces - no serían demasiado sustanciales.

Hay una actitud más armoniosa y agradable. Suma.

Consecuentemente, todo parece indicar que “no se trata de destruir al adversario, sino ganarle”.

No se observan signos de pretender perpetuarse, sino de profundizar en lo que se viene sosteniendo. A la luz de los acontecimientos, ha dado apreciables satisfacciones.

Si los índices económicos se mantienen, aunque deban enfrentarse sobresaltos, parece que las mayorías serán las beneficiadas. No es positivo que pretendan silenciarse las voces que se contraponen. Hay que escucharlas y darles crédito. El valor más relevante de la Democracia, está en admitir los debates, brindando espacio a todos. Radica en LA LIBERTAD el supremo bienestar del sistema.

No seré innovador en el dicho: LA POLITICA ES UNA CALESITA. Creerse dueño para siempre de LA SORTIJA, ó incitar por conveniencias personales ó puro fanatismo, que así sea, puede producir lo que algunos pensadores califican como corte horizontal. Éste, distancia. Después los tiempos para unir, son impensados.

Argentina, a la luz de los hechos históricos, nunca ha logrado ser suficientemente confiable y estable.

Todo parecería indicar que se está ante la GRAN OPORTUNIDAD HISTÓRICA, de cambiar esa visión que está adentro y afuera, de nuestras fronteras.

Desaprovecharla haciendo prevalecer los tan perjudiciales “ismos”, sería caminar como los cangrejos.

Al Pueblo de la Nación - pese a sus estados tan ciclotímicos, pasando desde el apasionado optimismo, al profundo pesimismo - le gusta caminar para adelante. 

Que no le impidan concretar su deseo, instándolo a embocar en LA SORTIJA, a fuerza de "rebenque y coraje".  

domingo, 4 de septiembre de 2011

Y el Labrador se escapó...El Loro Parlanchín, se murió...


Desperté un poco tarde. Dí de comer a los perros (Labradores) y uno se escapó.

Lo encontré enseguida, pero enojé.

Se “ligó” un reto y también una especie de penitencia. La padeció debajo de un mueble antigüo.

Leí algunos artículos de los diarios de este domingo.

Y...el Perro se escapa, porque estuvo toda la noche encerrado y quiere, como cualquier Ser Vivo, la Libertad.

Lo comprendo y respeto.

Dicen que los perros Labradores, son de los más inteligentes.

Por eso, aprenden cuando se los trata con cariño y consideración.

Días pasados, un amigo contó como se murió su amado Loro Parlanchín.

Estaba acostumbrado a transitar por los pisos, mesas, árboles y hombros de la familia. Comía dentro de una jaula que permanecía siempre con la puerta abierta. Un día, apareció muerto dentro de ella.

La puerta estaba cerrada.

El Loro no necesitó autopsia.

El amigo evalúa que se murió al percatarse, durante horas, que estaba privado de su Libertad.

Con algo de remordimiento, invité al Labrador que volviera a usar el espacio donde suele observar como la vida pasa ó descansa.

A él, seguramente, tampoco le gusta la sumisión ó que le nieguen la Libertad.


sábado, 3 de septiembre de 2011

La tierra es de nosotros, las vaquitas, también...

Mi abuelo materno, Antonio Mataluna, había nacido en Italia. Lo trajeron de muy pibe a la Argentina. Le gustaba la política como a pocos. Se hizo Peronista, hasta la médula. No pudo votar en el 46. Tampoco en el 51. Su deseo de nacionalizarse, lo transmitía casí con desmesura. Uno de sus nietos (a la sazón, mi hermano) que estudiaba, en los primeros años de la década del 70 en Buenos Aires, hizo todos los trámites. Pudo cumplir con su expectativa, en el regreso definitivo de Perón, y al poco tiempo de la muerte de éste, él también decidió partir.



Había sido uno de los tantos beneficiarios, de colonización de tierras. En este caso, se denominó La Argentina. En Pellegrini, provincia de Buenos Aires. Le asignaron 175 hectáreas, las que – a fuer de ser sincero – nunca trabajó demasiado, pero que jamás pensó en alquilar a nadie, salvo a alguien de su familia. Con modesto tractor Case, sembradora que reparaba uno de sus hijos, cosechadora que parecía más una chatarra y algunas vacas, se las fue arreglando. La producción que lograba no le alcanzaba para hacerse rico, pero si para ir subsistiendo, hacer algunas inversiones inmobiliarias y hasta comprarse un Plymouth, modelo 1934, que aún se conserva en el garaje del más chico de sus descendientes.


En ese establecimiento agropecuario, ubicado a unos 15 kilómetros del pueblo donde nací, viví reuniones familiares multitudinarias. También tuve, y mientras conserve la memoria será inolvidable, la oportunidad de tomar leche al pié de la vaca, comer pollos y huevos de campo, lechuga, acelga, perejil, zapallos de todo tipo, liebres, perdices, embutidos secos, jamones, y hasta palomitas (esas que son consideradas una plaga) en escabeche.


Cuando en estos tiempos se habla de la Ley de Tierras que impulsa el Gobierno Nacional, y sin conocerla en todos sus detalles, viene a la memoria (si bien no soy tan añejo), aquellos recuerdos de la niñez, exento de nostalgia.

Creo que es saludable discutir el tema. A fondo. Aunque escribo, estando convencido que “la tierra es de nosotros y las vaquitas, también”. Esto último, no solo por honor a esos gringos que en calidad de inmigrantes se rompieron el lomo - en mayor ó menor medida - para trabajarla. Es a ello, a lo que debe volverse. Se trata - ni más, ni menos - que recrear una cultura que se fue diluyendo.


También recuerdo.

En condición de Asesor de Prensa de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, cuando Clayton Yeuter, titular de esa cartera en Estados Unidos, que llegó a ser Jefe de Campaña electoral de Bill Clinton, comentó: “los fines de semana me voy al campo, donde trabajo. Manejo hasta mi propio tractor”. Aquella manifestación, generó perplejidad a unos cuantos.


En el país - como ocurre ahora - se hacía una acalorada apelación a dejar de pensar en ser “el granero del mundo”, para convertirnos en el “supermercado del mundo”. La convocatoria sonaba como canción para los oídos, pero la posesión de la tierra, era tomada – en significativo porcentaje – con fines especulativos. La famosa convertibilidad, hacía que el valor de la hectárea tuviera precios irrisorios. No fueron pocos los que “clavaron” sus ahorros en centenares ó miles de hectáreas. Luego, como consecuencia de los cambios experimentados en la economía interna y externa, recurrieron a los famosos “pool” de siembras, y ahora tampoco son escasos, los que piensan en venderlas. No interesa de donde provenga, quién las adquiera. El objeto es realizar el mejor negocio de su historia, y salir “disparados” como “cohetes” a colocar fondos en las “cuevas” del sistema financiero, con el fin de vivir lo que les resta en un esquema rentístico


En los tiempos del abuelo Antonio, la tecnología no estaba al alcance ó no existía, para poner valor agregado a la producción. Todo se exportaba a granel.


Ya teníamos el mote de ser los mejores productores de carnes y mayores exportadores de granos.


Internamente, tomábamos la leche al pié de la vaca, comíamos pollos y huevos bien de campo, lechuga, acelga, perejil, zapallos de todo tipo, liebres, perdices, embutidos secos, jamones y hasta palomitas en escabeche.


Éramos los mejores del Mundo.


Si recobramos el Amor por nuestra tierra y, aunque sea por Ley, le ponemos límite a un sistema financiero que pareciera “correr por izquierda” ó a una nueva forma de “imperialismo”, no solo podemos volver a ser los mejores.


Podemos llegar a ser, Imbatibles.



viernes, 2 de septiembre de 2011

La Confianza es familiar de la Esperanza...



Por sobre la adscripción al Peronismo - como muchos argentinos - vivo los tiempos del país con cuotas de incertidumbre. Siempre asaltan dudas y también he ido acumulando algunas profecías del fracaso. Nací, crié y desarrollé en un clima preponderantemente pesimista sobre el pasado, presente y futuro, salvo en aquellas oportunidades donde escuché a mi Madre. Era todo lo contrario de lo que fui mamando en contacto con la mayoría de la sociedad. Ella ponía el acento en lo que calificaba como la época más venturosa de la historia nacional, transcurrida entre 1945 y 1955. También apuntaba simpatías por el gobierno de Frondizi. Hacía hincapié en las acciones económicas, tendientes a lograr un armonioso desarrollo del país. 

Transcurridos más de quince días de las elecciones Primarias, Obligatorias, Simultáneas y Obligatorias (PASO), y después de haber seguido con especial atención las intervenciones de la señora presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, en dos oportunidades, anhelo desterrar definitivamente las sensaciones apuntadas al principio, y tener más presentes que nunca, las aleccionadoras charlas con mi progenitora.

La primer mandataria, tanto en Lincoln, como en la celebración del Día de la Industria, hizo honor a su reconocida capacidad de oratoria. Colateralmente mostró un giro saludable en los mensajes públicos. En ninguna de esas oportunidades, recurrió a la confrontación ó expresó sentir que tiene enemigos poderosos atentando contra sus mejores intenciones.

Los más suspicaces podrán pensar que el abultado triunfo logrado el 14 de Agosto, mejoró su autoestima. Por consiguiente, resolvió cambiar el discurso.

En mi caso, ingenuo o poco intrincando para los análisis (lineal en la lectura de los acontecimientos políticos), tengo la impresión que los dichos de Cristina Fernández de Kirchner, forman parte de lo que nadie duda: su inteligencia. También, haber sacado a relucir la tantas veces ponderada: intuición femenina. Esta última, una cualidad  de la que carecemos los hombres.

Aspirando el “aire” en distintos sectores de la vida nacional, puede comprobarse que tan aplastador triunfo electoral previo, adelantando un resultado cantado para el 23 de Octubre, genera ciertos temores de propender a imponer políticas, sin demasiados debates previos.

Tengo la impresión que la presidenta de la Nación, fue la primera en captar esa  imperante sensación en quienes no la acompañaron con el voto en las primarias.

La intuición es familiar de la inteligencia.  No necesitó – creo - de asesores de imagen ó consultores reconocidos. Sacó a relucir la gala que le estaban "pidiendo" desde que asumió la máxima responsabilidad gubernamental, en el año 2007.

Ganarse la confianza del Pueblo, es garantía para una buena elección.

Y si de parentescos se trata, la Confianza forma parte de la familia y se la encuentra siempre acompañada por la Esperanza.