Fanáticamente lector de los diarios argentinos por Internet, siendo un poco más de las cinco de la madrugada he tratado de ponerme al día en distintos asuntos, especialmente los relacionados con la coyuntura política y las elecciones legislativas del próximo 28 de Octubre.En realidad todos los matutinos del país, tienen “sabrosos” comentarios y artículos vinculados con el tema.
De todas maneras y brevemente - para compartirlo con quienes siguen la blogósfera - quisiera detenerme pocos párrafos y abordar, suscintamente como brota desde adentro, la problemática vinculada con las drogas.
Amenazados por luchar contra el paco y sospechas relacionadas con el tráfico de efredina. La información está en algunos diarios.
Creo que todos somos conscientes de la trascendencia de este flagelo social.
El avance, en la venta y consumo de estupefacientes en el país, adquiere connotaciones cada vez más graves.
Que valor tienen el presente y el futuro de un país, si hay quienes están “matando por goteo, a las generaciones que vendrán”?.
“Meterse” en esta problemática es complejo.
Genera incertidumbre.
Mucho “MIEDO”. Esta última sensación, como se dice repetidamente, paraliza.
Los que hemos “abrazado” esta manera de fijar ideas, análisis ó pensamientos, como así también quienes lo hacen periodísticamente en medios gráficos, radiales y televisivos, no deberíamos hacer “Causa Común” para dar “Pelea” a los “Traficantes de la Muerte”?.
Quizá no sea necesario salir a “cazar” sospechosos ó "seguros ejecutores" de la sumisión a miles y miles de personas, hacia un “Camino sin retorno”.
Es posible hacer una relevante contribución a “nuestros hijos, y a los hijos de nuestros hijos”, poniendo en la agenda diaria los mensajes que hagan falta, alertando sobre los peligros que encarna “dejarse matar” ó “aniquilarse las neuronas”.
Me pregunté varias veces, antes de apuntar los dedos hacia el procesador, si era necesario escribir - con absoluta sinceridad – estas cosas.
Concluí que sí, aunque estén exentas de análisis científicos, psicos ó sociológicos.
Surgió, y deseaba exponerlo.
Todavía, estimo, estamos a tiempo de poner “límites” al desenfreno de quienes “engordan” sus bolsillos y corazón “apuntando a la cabeza”, como así también a los que se “entregan” para –posiblemente - no “retornar más a la normalidad”.
No por añejo, deja de tener vigencia el axioma: “Más vale prevenir, que curar”.
Los que hemos “abrazado” esta manera de fijar ideas, análisis ó pensamientos, como así también quienes lo hacen periodísticamente en medios gráficos, radiales y televisivos, no deberíamos hacer “Causa Común” para dar “Pelea” a los “Traficantes de la Muerte”?.
Quizá no sea necesario salir a “cazar” sospechosos ó "seguros ejecutores" de la sumisión a miles y miles de personas, hacia un “Camino sin retorno”.
Es posible hacer una relevante contribución a “nuestros hijos, y a los hijos de nuestros hijos”, poniendo en la agenda diaria los mensajes que hagan falta, alertando sobre los peligros que encarna “dejarse matar” ó “aniquilarse las neuronas”.
Me pregunté varias veces, antes de apuntar los dedos hacia el procesador, si era necesario escribir - con absoluta sinceridad – estas cosas.
Concluí que sí, aunque estén exentas de análisis científicos, psicos ó sociológicos.
Surgió, y deseaba exponerlo.
Todavía, estimo, estamos a tiempo de poner “límites” al desenfreno de quienes “engordan” sus bolsillos y corazón “apuntando a la cabeza”, como así también a los que se “entregan” para –posiblemente - no “retornar más a la normalidad”.
No por añejo, deja de tener vigencia el axioma: “Más vale prevenir, que curar”.
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