El tiempo de hacer lo que uno siente.....

Jamás uso los medios periodísticos que muchos me adjudican como propios, con el propósito de transmitir las intenciones políticas que - minuto a minuto - se van arraigando en el espíritu y el corazón.

Hace muchos años, Antonio Carrizo, el maestro de los maestros de la radiofonía y televisión Argentina, en una conversación que mantuvimos animadamente, señaló con sabiduría: “hay un tiempo para crecer, otro para vivir, otro para leer y otro para hacer lo que uno siente”.

Lo he llevado en el cofre de los buenos y practicables consejos.

Después de estar ligado fervientemente al periodismo, actividad que desarrollaré con menor intensidad, intentaré incursionar en el mundo de la política, por fuera de la condición de funcionario.

He desempeñado tareas de Asesor Comunicacional en diferentes áreas del ámbito nacional y provincial. Actualmente tengo responsabilidades en el mismo sentido, dentro del Senado de la Provincia de Buenos Aires.

Fui Secretario General de dicho poder del Estado, entre los años 2000 y 2001, como así también secretario y subsecretario con rango ministerial entre el 2002 y 2003.

La determinación de incursionar en el terreno político-electoral, no forma parte de ningún berretín. Tampoco de querer coronar el currículum de carácter técnico, poniéndole una frutilla a la que muchos aspiran y pocos llegan.

No tengo “banca” de ninguna naturaleza. Más aún, jamás la requeriría. Es ajeno a mis costumbres andar solicitando que me sostengan en este tipo de acciones ó estableciendo acuerdos que pueden perjudicar la buena sintonía existente entre los dirigentes a los que por razones laborales y también afectivas, estoy ligado.

Realizar una campaña no es un juego de niños. Por el contrario, encierra una ciclópea tarea, en la que hay que estar dispuesto a suprimir placeres y gustos, suplantándolos por la conquista de la atención al auténtico soberano: el Pueblo.

Ser puesto por el “dedo” ó decisiones “unilaterales”, aunque pueda hacer sentir bien a quienes los beneficia, creo le quita sabor a la vida. No debe haber satisfacción más profunda que saber llegar, siendo creíble, respetando lo prometido, asumiendo la Lealtad como principio básico, y luchando palmo a palmo en el contexto de las ideas, disensos, debates, proyectos.

La política, tan cuestionada (no solo en la Argentina), puede brindar el sabor más dulce para el paladar del alma: que se cristalicen, aunque sean unos pocos, los sueños de los otros y por añadidura los propios. Asumir las responsabilidades delegadas con la seguridad que el “Poder es efímero y el Amor es eterno”. Aportar experiencia, conocimiento y tratar de congregar a quienes sin egoísmos son capaces de edificar acciones posibles.

Y no son utopías las arriba expuestas. Pueden constituir una realidad, si se está dispuesto a rendir cuentas ante el Pueblo que confió, asegurar el férreo compromiso con el trabajo, la producción, la generación de riqueza y el reparto equitativo de la misma.

Estoy dispuesto. No es poco.

Y aunque algunos se sientan inquietos, molestos y hasta realicen las famosas “operaciones” en contra, estaré en la trinchera, dispuesto a dar una transparente batalla en Paz, evitando herir hasta el más acérrimo de los adversarios.