domingo, 21 de agosto de 2011

Día del Niño: el avioncito de madera y el pullover...


Puede que los más existencialistas ó consumistas me acusen de “nostalgioso barato”, pero en este Día del Niño, que tiene todas las características de los viejos tiempos, las cosas están cambiadas y mucho.



Casi bordeando los 55 años, desperté pensando en mis hijos, ya transitando la década de los 30, y apareció la imagen inolvidable de mis Padres, dos laburantes y soñadores extraordinarios que vaya a saber desde que lugar, estoy seguro, guían nuestras accciones.


Recordé el avioncito de madera que alguna vez Antonio regaló, acompañado de un pullover por parte de Pepa, elaborados con sus propias manos. Recurrí a los diarios de ayer y hoy. Mirando sus páginas, lo que más se promociona son teléfonos, computadoras, televisores, playstation, mp4, iPod, y tantas otros adelantos de un mundo que se ha tecnologizado, y al que por supuesto no me resisto. Aunque no puedo dejar de expresar, lo que siento.


Con estos cambios que se han producido con vertiginosidad inimaginable, también pienso que se fue perdiendo una cultura.


Cuál?


La cultura del Amor, basada en el trabajo. Como la de nuestros antepasados.


Para ellos no solo era impensado este tiempo que vivimos, sino que les hubiese resutado imposible satisfacer la demanda, porque los recursos escaseaban y además no existía la convocatoria publicitaria de esta época.

La mayoría de los medios de comunicación de hoy, hablan de la Felicidad de los Niños, como una prioridad, pero se olvidan de recordar un tiempo que por pasado no fue mejor, pero que nos dejó la enseñanza del esfuerzo. Tampoco, hacen demasiada referencia a la pobreza que persiste en el mundo, del que no estamos separados, y a los miles y miles de niños, a los que ni siquiera les llegará, como regalo, un caramelo.


No solo extraño el avioncito de madera y el pullover, sino que me gustaría que a una parte de esa historia que viví, se vuelva, donde también formaron parte de nuestros gustos lúdicos, la pelota de trapo, unas modestas, elegantes zapatillas Pampero y una bolsita de caramelos. 


Imágen: extraída de google.







No hay comentarios: