No hay que orinar fuera del tarro...

El triunfo en las Primarias del 14 de Agosto marcó la ratificación a una política de gobierno, como así también el reconocimiento a la tarea de la presidenta de la Nación. El camino a seguir, entonces, es el de asegurar a los argentinos de buena voluntad, la tranquilidad social, económica y el crecimiento, aunque deban adoptarse medidas que resulten antipáticas.



El gobierno y sus principales “espadas” tienen ante sí, la oportunidad de hallar andariveles posibles - sin perder un solo atisbo de autoridad – para que los espíritus estén armonizados. En política, no se transita por un “lecho de rosas”. No podrán evitarse confrontaciones y fuertes debates. Pero, sería un grosero error, que algunos continúen creyendo que hay que “arriar”, en vez de “conducir”.


Cuando - como Peronista - leo que, ciertos dirigentes teniendo la posibilidad de hacer escuchar su voz, en vez de sembrar concordia, parecen querer “embretarnos” sobre las formas en que debemos ejercer procedimientos cotidianos, en procura de seguir fortaleciendo la causa movimientista más importante de carácter universal, no horroriza, pero preocupa.


El ensoberbecimiento es mala compañía, cuando se quiere poner una bisagra sólida, a la historia.


Predicar, poniéndole corsé al pensamiento, es orinar fuera del tarro.