jueves, 18 de noviembre de 2010

Comunicación de Buenos Aires: un tema para el debate...



Con 54 años recientemente cumplidos, el próximo 11 de Marzo habré llegado a los 38 de profesión. Tenía solo 16 cuando redacté y leí al aire en una radio de Amplitud Modulada que - aún existe - la primer información. No voy a comentar como se hacía por aquél entonces, porque la intención está lejos de escribir una historia personal.

La comunicación social es subyugante, misteriosa, fantásticamente atractiva y hasta contribuye a alimentar la existencia etérea del alma. Seguramente no soy el primero, ni seré el último, esmerándome en definiciones más concretas y contundentes sobre lo que significa para quienes la practicamos. No alcanzaré a lograrlo. Hay que vivirla, internalizarla, tener relativamente en claro hasta donde se llega, y se penetra en miradas y oídos de otros. Quizá ahí pueda definirla con el fin de satisfacer el interrogante sobre su trascendencia, si hay consultas.

En estas horas y días - donde he observado (y disculpen los lectores si vuelvo a ser demasiado críptico) que dirigentes políticos rinden pleitesías al imaginario ó pierden horas valiosas de su tiempo tratando de responder a lo que “obligan” pocos medios - siento la necesidad de expresar lo que guardo desde años cuando comencé a transitar por los caminos de la querida provincia de Buenos Aires, en la búsqueda de todo aquello que estuviera relacionado con el bienestar ó no de sus pobladores. Esto último me ha llevado a ocupar con satisfacción enorme, lugares de decisión gubernamental.

Esta geografía que ahora habría registrado bastante más de 15 millones de habitantes; donde la mayor concentración se produce en un radio de entre 80 y 100 kilómetros cuadrados; dividida políticamente en 134 distritos; con millones de hectáreas productivas; el mayor potencial industrial automotriz del territorio nacional; las costas más visitadas por los turistas internos y externos, expresa las decisiones desde su capital provincial, pero tiene una dinámica que va más allá de los medios de comunicación que la misma posee. En la última década, especialmente, se ha producido mayor atomización del mercado mediático. Consecuentemente, han crecido en importancia desde pequeños, pero activos canales de cable con sus noticieros; frecuencias moduladas (legales y no legales); diarios; revistas; semanarios; portales de noticias; redes sociales y el sostenimiento (con sangre, sudor y lágrimas) de emisoras de Amplitud Modulada. En síntesis: son escasos, pero muchos más que a principios de la década del 80, los que pueden arrogarse contar con el mayor potencial para lograr la “universalización bonaerense” de la información y su influencia en la conciencia de la sociedad.

Pese a lo apuntado anteriormente existen quienes por la cercanía con los poderes del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) siguen imponiendo sus criterios. Esto, por error u omisión, es a costa del perjuicio que se ocasiona en la gran mayoría de los medios de comunicación. Esa imposición se trasunta en “hacer creer” que lo publicado, dicho ó televisado en La Plata (hoy cumple un nuevo aniversario) tiene correlato con lo que preocupa u ocupa al conurbano ó interior de Buenos Aires. Hay subestimación de quienes se manejan de esta forma, en los auténticos valores de empresas periodísticas y por consiguiente profesionales, como así también menosprecio a su sostenimiento. Se “salvan” unos pocos, se perjudican unos “cuantos”.

La dirigencia política y quienes tienen la mayor responsabilidad en la comunicación del Estado, deben interpretar que lo expuesto no es verdad de Perogrullo. Tampoco la intención de generar confrontaciones que, si bien debería darse en el plano de las realidades estadísticas, quizá poco y nada aportaría a los millones de bonaerenses diseminados desde Punta Indio a General Villegas, y desde la Bahía de Samborombón a San Nicolás. Por el contrario. Intenta ser una contribución para salir de una situación engañosa que con el transcurrir del tiempo se constituyó en embarazosa. Y porque no, para que se analice - seria y concienzudamente - si no es más que imprescindible se estudien modificaciones que mejorarán la llegada a la gran mayoría de los ciudadanos, produciendo sensibles ahorros económicos, como también una sana federalización de la información.

También, creo, es necesario referirse a la globalización periodística y empresaria, dada por la penetración de la televisión a través del sistema de cables ó Direct TV, distribución de diarios ó revistas y el acceso rápido a Internet, que constituyen a los medios de la Ciudad Autonóma de Buenos Aires en “marcadores” de agenda. Son relevantes, sin dudas, pero si se aplicaran decisiones por parte de los tres poderes del Estado, tendientes a distribuir más parejo, seguramente esa apreciación se vería sensiblemente menguada, por lo que se evitaría – entonces - que “otros pocos” se beneficien con los dolores de “otros muchos”.

Entregarse a los designios ó intereses personales de quienes sustentan en diálogos privados ser los principales y casi únicos actores de un mercado mediático tan amplio, es una forma de mantener el “statu quo”. Y es serio, también, estar enfermos de sordera, porque no se quiere responder a lo que receta el otorrinolaringólogo.

Si alguna vez se diera un debate donde nadie se sienta herido, me gustaría participar activamente, porque sobran razones personales y hasta opiniones de un dirigente político de esta provincia, a quién admiro, respeto y quiero entrañablemente, para cimentar lo escrito.

Gráfica: www.nmcomunicaciones.com.ar (extraído de google)

No hay comentarios: