Dice Clarín en su edición de hoy:
"Queda ya lejos la postal de aquellos cuatro dirigentes rurales que, ante una multitud en Rosario o en Palermo, hicieron temblar la lógica implacable del poder kirchnerista.
En las últimas horas, aquella gesta de la Mesa de Enlace se convirtió en grotesco, tras un fuerte cruce de acusaciones personales entre dos de sus principales dirigentes, el titular de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi; y el ex vice de CRA y actual presidente de la Comisión de Agricultura, el diputado formoseño Ricardo Buryaile.
El cruce no fue de ideas sino de descalificaciones públicas, comunicados de prensa y hasta cartas documento. Y esta vez no fue el Gobierno, sino los mismos dirigentes y algunos de sus aliados políticos de la oposición, los que sacaron a relucir los trapitos sucios.
Las versiones y desmentidas quedarán pronto en el olvido. El dato es que se superó un límite que funcionaba bien hasta ahora. La fractura de la Mesa de Enlace quedó expuesta.
Cuando estaban unidos, ningún dirigente hubiera osado hablar mal de otro."
En verdad, y después de haberme criado, vivido y seguir directamente vinculado con el interior y dirigentes del campo, esto no me llama la atención, porque "nunca los unió el Amor, sino el Espanto". Y esta foto extraída del Google, lo patentiza: "no hay, ni habrá familiariadad alguna, en lo ideológico, ni en lo económico, entre Mario Llambías, Hugo Biolcati, Eduardo Buzzi y Carlos Gareto. Por lógica entre Confederaciones Rurales Argentinas, Sociedad Rural Argentina, Federación Agraria Argentina y Coninagro. Si las hubiese, serían una sola entidad, y nunca lograron hacerla.
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