sábado, 4 de julio de 2009

Barracchia no debe "sacarle el culo a la jeringa"...

El comentario obligado en todos los ámbitos de Trenque Lauquen, máxime teniendo en cuenta que la información empezó a circular con mayor vigor en medios periodísticos nacionales, es la “Palabra Empeñada” por Jorge Barracchia de dejar el gobierno municipal, a partir del próximo 10 de Diciembre, en virtud que la corriente que lideró perdió las elecciones legislativas del pasado 28 del corriente.

El mandatario comunal de este distrito del Oeste de la provincia de Buenos Aires, ganó un considerable prestigio durante 16 años de gestión.

Se retiró para alinearse con el ARI en el 2001, después de manifestar sus contrariedades con el gobierno de la Alianza.

Fue candidato a Senador Nacional. La fuerza que había creado Carrió no pudo con dos “pesos pesados” de la política Argentina: Eduardo Duhalde y Raúl Alfonsín.

Pese al esfuerzo realizado, salió tercero.

En pocos meses y en auto, recorrió 90 mil kilómetros por toda la geografía bonaerense y hasta debió “comerse” la dureza de algunos periodistas porteños, que no interpretaron que se trataba de un hombre de gestión, más que un orador y “decidor” de palabras, capaces de encantar a las serpientes.

Barracchia que había sufrido dos aneurismas cerebrales, daba muestras de parecerse a un “superhombre”.

Después de aquel brío, se retiró de la vida política y dedicó a satisfacer uno de sus máximos hobbys: la pesca deportiva. También a reconstruir automóviles e incluso a armar un motorhome, que copió de uno similar al que utilizaba José María Traverso para trasladarse a las competencias de TC 2000 y Turismo de Carretera. Orgullosa ó vanidosamente me ha dicho: “era mucho mejor”. Lo vendió, y con un vehículo de similares características sigue movilizándose por distintos lugares del territorio nacional y hasta ha concurrido a reuniones en la Casa de Gobierno, estacionándolo frente a Plaza de Mayo.

Médico de profesión, pero con habilidades sobresalientes para otro tipo de actividades, el intendente que superó las fronteras de su ciudad y el Noroeste, parecía estar retirado para siempre cuando un sector del Justicialismo de Trenque Lauquen lo convocó a retornar a la política.

La noticia sorprendió. No fuímos pocos los que descreimos de la vuelta, en virtud de estimar que quién se había retirado con un homenaje que congregó a más de 5000 personas en un estadio al aire libre, había dicho: “Adios para Siempre”.

El intendente que “empeñó su palabra” el pasado 28 de Enero en un programa radial que conduje, estaba enojado por el conflicto con el campo. Enfrentó a la dirigencia del sector y tuvo encontronazos con viejos amigos, propietarios de establecimientos agropecuarios. La situación de tensión llegó a tal punto que en una de las manifestaciones realizadas el año anterior, Barracchia fue objeto de la agresión. Un tanque de 200 litros fue arrojado por la verja de su vivienda particular, y él salió al balcón. Disparó un tiro al aire. Lo hizo con el fin de persuadir.

Ese hecho lo marcó a fuego e indudablemente le dejó una “llaga” en el corazón. Determinó plebiscitar su gestión y anunció que encabezaría la lista de candidatos a concejales por el Frente para la Victoria. Ratificó en aquella entrevista que - ojalá quede en el “libro de los recuerdos” - que esa era la razón fundamental por la que se atrevía a jugar todo el prestigio conquistado en tantos años al frente del Departamento Ejecutivo, como así también poner en riesgo el 52 por ciento de los votos obtenidos en el 2007, cuando reconquistó el sillón de intendente municipal enfrentando a sus ex compañeros radicales de siempre y a su principal delfín (Juan Carlos Font). Este último durante seis años de gestión, le dio continuidad a una política impuesta desde 1983. La injerencia del Estado Municipal en la vida de la comunidad, siguió siendo activa y con resultados altamente positivos.

Su retorno a la vida política en el 2007 fue anunciada con “bombos y platillos”. El propio ex presidente de la Nación acompañado por tres de sus ministros lo recibió en la Rosada. Los medios nacionales hicieron referencia a la cuestión. La “transversalidad” propuesta por Néstor Kirchner, con el fuerte aliento de Alberto Fernández desde el 2005, daba un paso más. Se metía en el “bolso” del haber a uno de los ex Jefes Comunales más atrevidos frente a la política de extranjerización del capital nacional que se ejecutó durante la década de los noventa.

Barracchia nunca fue contemplativo con Carlos Menem. Tampoco con sus ministros, secretarios de Estado y gobernadores alineados.

Se llegó a cruzar duro con él, a quién ni siquiera recibió en el Aeroparque de Trenque Lauquen, en oportunidad de una visita que éste realizó al distrito de Salliqueló. Le pegó en los “dientes” a Eduardo Duhalde por la política de centralización impuesta a sus gobiernos. Lo maltrató públicamente a Felipe Solá, cuando éste se desempeñaba como secretario de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación y hasta sumamente ofuscado se retiró de una reunión caminando por arriba de las mesas en Pergamino, donde se bajaban políticas relacionadas con la salud en la provincia.

En todas su “movidas” contó con el fuerte respaldo de quienes lo acompañaron para que llegara a ser intendente municipal, desde 1987 y hasta el 2001, habiendo perdido una sola elección. La legislativa de 1993, donde el otrora caudillo riojano parecía que “había descubierto el lugar para Argentina en el mundo”.

Nunca fue un “hueso fácil de roer”.

Eso sí, jamás estuvo abandonado a la “buena de Dios”.

La misma sociedad que gobernó, gobierna y es de esperar siga gobernando hasta el 2011, compartía sus criterios y si bien podían cuestionarle ciertos arrebatos verbales ó de acción, no le sacó el “banquito”.

El intendente que ahora juega a fondo con su “palabra empeñada”, quedará para la historia de la ciudad enclavada en el Oeste de la Provincia de Buenos Aires, si es capaz de reveer su decisión.

Salvando las distancias, tuvo la bravura del Cacique Pincén, una de las figuras históricas más recordadas por los vecinos, la inteligencia de García Salinas un precursor en materia de realizaciones privadas y públicas, y una excepcional contracción al trabajo. Las luces de su despacho eran y son las últimas en apagarse.

Diciéndolo grotescamente, pero en función que es médico, “nunca le ha sacado el culo a la jeringa”.

Entonces, cabe preguntarse: porque quiere cumplir con sus dichos ?

El mensaje de las urnas le ha dejado una lección que con su capacidad aprenderá mucho más fácilmente que la cirugía que practicó durante tanto tiempo y en la que se especializó, después de realizar una carrera profesional en tiempo récord.

Sin ningún consultor cerca, con el solo escuchar lo que se dice en esta ciudad del Noroeste (la que visito quincenalmente), a pocos días de realizada la elección legislativa, es fácil entender que más allá de sus zigzagueos políticos que se le cuestionaron oportunamente y de la confrontación con un sector económico, a Barracchia no lo acompañó el favor del electorado porque se rodeó con pseudos-dirigentes, advenedizos, perdedores eternos y prebendarios del Estado que desde 1983 hasta el presente le han hecho un “flaco” favor a la historia de Juan Domingo y Eva Perón.

Alguna vez comentó que cursó sus estudios universitarios en la misma pensión donde residían, entre otros, el “Choly” Pederssoli (peronista de Tandil) y Juan Carlos Pugliese (radical, de la misma ciudad serrana e hijo del recordado dirigente que llegó a ocupar la presidencia de la Cámara de Diputados de la Nación y el ministerio de Economía). “A ellos les decía y lo repito que no fui peronista, no soy peronista, ni tampoco lo seré”, ha argumentado.

A los habitantes de este lugar en plena Pampa Húmeda, donde viviera Pedro B. Palacios, Almafuerte, nada le interesa su alineamiento ideológico. El supo conquistar un espacio trascendente, a partir de hechos concretos y el encarnizado espíritu político que imprimió a sus gestiones.

El Pueblo lo acompañó en el 2007 en su retorno, quizá con la seguridad que iba a llegar al Departamento Ejecutivo para volver a demostrar esa enorme capacidad de decisión, pero acompañado por los mejores, los probos, los menos exhibicionistas del poder alcanzado merced a la “rosca” con algunos dirigentes que suelen tocar la “botonera” en los despachos de los poderes central, tanto a nivel provincial y nacional.

Si bien no puede ponerse a todos los que lo acompañan en la misma “bolsa”, Barracchia - exhibió desde hace más de un año y medio a esta parte, exhibió como buenas e incuestionables compañías la de su señora esposa, cultora de un magnífico bajo perfil, compinche inseparable en las buenas y en las malas, madre ejemplar y la de los ciudadanos que le han respondido, pagándole los impuestos como corresponde.

Después de haber recorrido por algunas horas esta “ciudad de anchurosas avenidas” (como la calificó uno de los hombres más cultos de la misma, hace años), le están pidiendo en silencio que se quede, porque algunos dan la impresión de estar refregándose las manos para reemplazarlo y otros (ahora cercanos a él) siguen diciendo muy “sueltos de cuerpo” que si “empeñó su palabra la debe cumplir”, porque los “pueblos tienen los gobiernos que se merecen”.

4 comentarios:

Mariano T. dijo...

Todos los intendentes del interior bonarense, santafesino o cordobés que estuvieron del lado del gobierno en la 125 perdieron parte de su caudal electoral. En algunos casos zafaron, en otros perdieron por paliza (como en Balcarce), tal vez la gestión solo influyó en la magnitud de la pérdida.

Anónimo dijo...

Debe renunciar, aunque yo no quisiera que lo haga, pero no importa lo que uno quiere, sino lo que debe ser.

Va a ser de mucho aprendizaje para el pueblode Trenque, ver que un tipo como Barrachia se fue y que ahora tendràn al gobierno que votaron. Que cuando los escurran como a un trapo de piso y se les revuelvan als tripas como en la década del 90, despues no lloren, Barrachia se los adviritó. Votaron mirando TV y no con la cabeza.

Aunque claro, después cuando los gobiernen los fracasados de siempre, dirán "yo no los voté".

Porque en el fondo Barrachia tiene algo de Kirchner o Kirchenr algo de Barrachia: No andan con medias tintas, juegan a fondo por lo que creen y lo que sienten.

Y en la Argentina de esos tipos hay muy pocos, y encima nos lo cuidamos.

Saludos desde Santa Rosa La Pampa.

Anónimo dijo...

No debería haber renuncias en el Gabinete de Barracchia para dsarle un poco de aire al intendente?.
Pareciera que todos están cuidando su puesto y lo que es peor, especulando con un futuro político lejos del kirchnerismo (aunque ninguno estuvo cerca nunca) y cerca del que les convenga.

Licenciado Emprendedor dijo...

Muy bueno el blog. Yo voy seguido a Trenque Lauquen y tengo amigos en la comunidad. Todos estaban felices con el regreso a la política local (si bien tengo entendido fue funcionario de Nestor Kirchner), lo que hizo en la 125 fue un desmanejo total, en vez de canalizar los reclamos, agredió a los manifestantes (cuando llevaron un petitorio, no los atendió) y tuvo una postura de defensa total de una medida que fue pesima y tenia un gran impacto en su sociedad (primer deber del intendente) y el amenazar con la renuncia (nadie se la habia pedido) fue para extorsionar al electorado (no me votan me voy y los dejo en banda)y ahora es preso de sus palabras. Esta historia me da tristeza pero es un ejemplo que la gente no da cheques en blanco y que nadie es el dueño de los votos. Fue un buen intendente hasta la 125, luego dividió a su comunidad con un maniqueismo digno de Nestor Kirchner.