jueves, 10 de diciembre de 2009

El Vocero Mudo anticipó sin demasiado análisis...



Lo dicho por Alfredo Leuco en Radio Continental sobre Abel Posse (en el entrecomillado y en azul). Sin haber hecho un análisis tan psesudo en el post anterior, presagié que esto podía pasar:

El autoritarismo jurásico que destilan las palabras de Abel Posse lo colocan en el mismo plano que Néstor Kirchner, pero con signo contrario.

No es bueno para la sociedad democrática que necesitamos construir que a la intolerancia del gobierno se la enfrente con la intolerancia de la oposición.

Vamos por mal camino si profundizamos las trincheras. La nafta no hace otra cosa que potenciar los incendios. Entrar en la lógica del conflicto permanente es lo peor que nos puede pasar.

Designar ministro de Educación a Abel Posse ha sido una pésima decisión de Mauricio Macri.

Todo lo manejó mal.

El ex ministro Mariano Narodowski fue prácticamente echado por los medios antes de pedirle la renuncia. Y Abel Posse ya metió una crispación infernal en el debate público que necesita justamente todo lo contrario : racionalidad y serenidad.

Y eso que Abel Posse todavía no asumió.

Así como Macri festeja cada vez que Luis D’Elía hace una marcha porque es uno de los argentinos con mayor imagen negativa, de esa manera debe estar festejando Néstor Kirchner por la aparición de este huracán macartista que desató Abel Posse.

El lenguaje y los conceptos de Abel Posse colocan a las Fuerzas Armadas como corderitos que han sido víctimas de una venganza montonera.

Posse dice que se han demolido las instituciones militares y que “el país llega a la indefensión nacional para castigar a un ejército por hechos de hace cuatro décadas”.

Por hechos, es todo lo que dice respecto del ejercicio del terrorismo de estado y de un plan sistemático para la desaparición de personas y robo de niños.

Mezclando temas como la inseguridad con la dictadura, plantea que hoy el gatillo fácil es de los delincuentes.

Tal vez sea un fenómeno nuevo a debatir sin odios ni ánimos de venganza.

Pero otra vez, no dice una sola palabra del gatillo fácil de la policía actuando en nombre del Estado y propone el orden como primer valor social. Se parece demasiado al orden de los cuarteles y a la paz de los cementerios.

Estremece conocer la crudeza de las propuestas de Abel Posse que se posiciona en el campo de la derecha mas rancia. Convoca en forma irresponsable a la represión.

Dice que según la Real Academia reprimir significa contener, refrenar, templar y moderar. Pero cualquiera sabe que reprimir en la realidad de los tiempos de cólera que nos tocaron vivir es sinónimo de fusilar a sangre fría.

Si uno lee la nota de Posse en La Nación (**) o escucha sus declaraciones por momentos parecen arengas que reclaman un baño de sangre purificador.

Se equivoca Macri si cree que Posse puede ser un emblema de la educación que necesitamos.

Se equivoca Posse si cree que el autoritarismo se combate con más autoritarismo.

La sociedad reclama todo lo contrario: más democracia, más república, más consensos, mas diálogo y menos francotiradores.

Comerse al caníbal es volver al pasado.

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