Hace más ruido un sólo hombre gritando que cien mil que están callados
(José de San Martín)
La sabia reflexión del máximo héroe de la Patria, es uno de los motivos que impulsan a querer aspirar a la mayor responsabilidad institucional a la que puede acceder un ciudadano de la Nación.
Pero no debe haber confusiones en esta cruzada que empieza germinar, a partir de una idea personal.
Deben ser cien mil y millones los que griten, pero en el marco de una fuerte convocatoria al Gran Encuentro Nacional de los Argentinos, sin dejar de defender los principios ideológicos que cada uno sustente en su interior.
El camino será de construcción horizontal, donde el que conduzca sea la guía fundamental, pero desterrando para siempre los famosos “ismos” que han hecho de la política de nuestro querido país, el “dar cien pasos para adelante y cien mil para atrás”.
No debe interpretarse el párrafo anterior como desvalorización del papel que han protagonizado dirigentes como Hipólito Yrigoyen (Yrigoyenismo); Juan Domingo Perón (Peronismo); Arturo Frondizi (Frondizismo); Ricardo Balbín (Balbinismo); Raúl Ricardo Alfonsín (Alfonsinismo); Eduardo Duhalde (Duhaldismo); Carlos Saúl Menem (Menemismo) , Fernando De La Rúa (Delaruismo) y Néstor Kirchner (Kirchnerismo) entre otros.
Se trata de recomponer el papel de la política, desde los propios partidos, siendo imprescindible que el Pueblo mayoritariamente vuelva a confiar en quienes elige para que orienten una parte importante de su destino social, económico, cultural, etcétera.
Días pasados, un conocido radicado en Estados Unidos, que ha realizado una carrera académica extraordinaria, alcanzando el rectorado de una de las facultades más reconocidas del mundo, reflexionaba en reunión familiar realizada en pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires: “hice el mayor aporte económico que puede realizar un ciudadano a la campaña de Obama, porque tengo enorme confianza en él, pero mucho más en lo que será capaz de hacer el Partido Demócrata”.
Sigue sintiéndose tan argentino, como cuando se fue, después de haber cursado sus estudios universitarios en la ciudad de La Plata, alcanzando Medalla de Oro por sus investigaciones en biología, aunque se haya nacionalizado estadounidense, y comprobó con preocupación el ánimo que impera en el país que lo vio nacer. Le cuesta encontrar explicaciones para eso, aunque es coincidente con pobladores, analistas y periodistas. “A la Argentina - interprétese al Pueblo de este país - se lo vive confundiendo y las políticas de Estado se transforman continuamente en electorales, más allá de lo realmente trascendente que es “saber de una vez por todas y para siempre, hacia donde se quiere ir, aunque son lógicos los zigzagueos, porque así se ha desarrollado la historia en todas partes”.
El mundo ha evolucionado tecnológicamente. Es concreto y palpable. Esa no puede ser la razón para que la desmovilización que hoy existe pueda achacársele a la mediatización ó la posibilidad de ir en la búsqueda de un futuro próspero que menciona un conocido semiólogo argentino, hablando de “Telepresidencia”.
Es preciso volver al contacto directo con el Pueblo, recuperar los afectos, disponer del tiempo necesario para escuchar, transitar por los sectores más postergados y encontrar las vías para su auténtica contención y desarrollo, como así también producir en todos los ámbitos posibles, encuentros de debate, discusión y elaboración de propuestas e ideas para la Refundación Argentina.
Los intelectuales, eruditos, profesionales, políticos de carrera son necesarios en el contexto de cualquier proyecto que se conquistar positivamente. La preparación cultural, los estudios realizados, la experiencia es un valor indescartable.
Brasil es gobernado por un hombre que surgió de la industria metalúrgica. Fieles al estilo argentino, intentamos subestimarlo cuando asumió señalando que era “Tornero”. Puso en marcha la máquina desde el Estado, y hoy es el espejo donde un alto porcentaje de los argentinos nos miramos.
La sabia reflexión del máximo héroe de la Patria, es uno de los motivos que impulsan a querer aspirar a la mayor responsabilidad institucional a la que puede acceder un ciudadano de la Nación.
Pero no debe haber confusiones en esta cruzada que empieza germinar, a partir de una idea personal.
Deben ser cien mil y millones los que griten, pero en el marco de una fuerte convocatoria al Gran Encuentro Nacional de los Argentinos, sin dejar de defender los principios ideológicos que cada uno sustente en su interior.
El camino será de construcción horizontal, donde el que conduzca sea la guía fundamental, pero desterrando para siempre los famosos “ismos” que han hecho de la política de nuestro querido país, el “dar cien pasos para adelante y cien mil para atrás”.
No debe interpretarse el párrafo anterior como desvalorización del papel que han protagonizado dirigentes como Hipólito Yrigoyen (Yrigoyenismo); Juan Domingo Perón (Peronismo); Arturo Frondizi (Frondizismo); Ricardo Balbín (Balbinismo); Raúl Ricardo Alfonsín (Alfonsinismo); Eduardo Duhalde (Duhaldismo); Carlos Saúl Menem (Menemismo) , Fernando De La Rúa (Delaruismo) y Néstor Kirchner (Kirchnerismo) entre otros.
Se trata de recomponer el papel de la política, desde los propios partidos, siendo imprescindible que el Pueblo mayoritariamente vuelva a confiar en quienes elige para que orienten una parte importante de su destino social, económico, cultural, etcétera.
Días pasados, un conocido radicado en Estados Unidos, que ha realizado una carrera académica extraordinaria, alcanzando el rectorado de una de las facultades más reconocidas del mundo, reflexionaba en reunión familiar realizada en pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires: “hice el mayor aporte económico que puede realizar un ciudadano a la campaña de Obama, porque tengo enorme confianza en él, pero mucho más en lo que será capaz de hacer el Partido Demócrata”.
Sigue sintiéndose tan argentino, como cuando se fue, después de haber cursado sus estudios universitarios en la ciudad de La Plata, alcanzando Medalla de Oro por sus investigaciones en biología, aunque se haya nacionalizado estadounidense, y comprobó con preocupación el ánimo que impera en el país que lo vio nacer. Le cuesta encontrar explicaciones para eso, aunque es coincidente con pobladores, analistas y periodistas. “A la Argentina - interprétese al Pueblo de este país - se lo vive confundiendo y las políticas de Estado se transforman continuamente en electorales, más allá de lo realmente trascendente que es “saber de una vez por todas y para siempre, hacia donde se quiere ir, aunque son lógicos los zigzagueos, porque así se ha desarrollado la historia en todas partes”.
El mundo ha evolucionado tecnológicamente. Es concreto y palpable. Esa no puede ser la razón para que la desmovilización que hoy existe pueda achacársele a la mediatización ó la posibilidad de ir en la búsqueda de un futuro próspero que menciona un conocido semiólogo argentino, hablando de “Telepresidencia”.
Es preciso volver al contacto directo con el Pueblo, recuperar los afectos, disponer del tiempo necesario para escuchar, transitar por los sectores más postergados y encontrar las vías para su auténtica contención y desarrollo, como así también producir en todos los ámbitos posibles, encuentros de debate, discusión y elaboración de propuestas e ideas para la Refundación Argentina.
Los intelectuales, eruditos, profesionales, políticos de carrera son necesarios en el contexto de cualquier proyecto que se conquistar positivamente. La preparación cultural, los estudios realizados, la experiencia es un valor indescartable.
Brasil es gobernado por un hombre que surgió de la industria metalúrgica. Fieles al estilo argentino, intentamos subestimarlo cuando asumió señalando que era “Tornero”. Puso en marcha la máquina desde el Estado, y hoy es el espejo donde un alto porcentaje de los argentinos nos miramos.
Ha llegado la hora, quizá, que aquellos con ambiciones personales en bien de la Nación, den los pasos esforzados que significa conquistar la voluntad popular y puedan “pelearle palmo a palmo” a todos los que ya se están anotando para el 2011.
Hay que convencerse que pueden existir alternativas diferentes, surgidas desde abajo, y donde haya amplitud de criterios para convocar a todos, incluidos los sectarios ó sesgados.
3 comentarios:
Moroco, la máquina del estado en brsil la puso en marcha un sociólogo Fernando Enrique, el maaas grande...Lula la continuó y en alguna medida ( social) la mejoró..
salu2!
Uno de los problemas es la desinformación, y la vorágine de noticias (tergiversadas, inducidas, etc.) nos hace perder la memoria.
Quien nos engañó varias veces (o siempre tuvo ese comportamiento) no debiera poder hacernos caer nuevamente en la trampa.
("El que depósitó dólares, recibirá dólares").
Es lamentable que internet no tenga tantos usuarios UNIDOS como para lograr mayor repercusión.
La Ley de Medios corregirá -en algún tiempo- la posibilidad que, textos como el suyo tengan más difusión y muestren otras formas de pensar, que los inculcados a través de los multimedios muy muy grandes. <=Clic
Espero no haber transgredido la regla de "No publicidad", pero si considera que sí, puede borrar sin enojos ni rencores por mi parte.
Fe de erratas:
La "moderación de comentarios" me confundió, y creo que no incluí el enlace en el comentario anterior.
De ser así, donde dice "multimedios muy muy grande", debe leerse "multimedios muy muy grande". <=Clic
Publicar un comentario