domingo, 18 de septiembre de 2011

Amplitud Modulada: "Naves Insignias" con alerta de "Tsunami"...


Centenares y hasta miles de veces hemos escuchado y comprobado que “nadar contra la corriente” es imposible, pero hay quienes insistimos en hacerlo. Estamos convencidos que por ahí logramos ganarle a este principio natural y físico.

Los que nacimos y criamos en la apasionante profesión periodística en emisoras de Amplitud Modulada, nos convencimos hasta la médula que las mismas representan auténticas “Naves Insignias”, especialmente en ciudades relativamente pequeñas ó medianas, demográficamente.

Su penetración en el espacio radioeléctrico cuando el mismo estaba separado por extensos kilociclos, permitió la integración de los pueblos, mucho más que el beneficio económico de quienes se atrevieron a ponerlas en el aire. En su instalación, a la par de existir el criterio de brindar servicios, había dosis de filantropía.

Fueron pocos, los que pensaron en el fantástico desarrollo tecnológico que se iba a producir y del que todos gozamos en este presente. Ninguno de ellos, tenía (lo afirmo porque he dialogado extensamente con quienes pusieron piedras basales) la mirada ó premonición de Steve Jobs. Se manejaban con entusiasmo. El entusiasmo de quienes aman la tierra donde nacieron y la esperanza de contribuir desde la palabra a un armonioso crecimiento, alejado de los centros de poder político, económico, social y cultural.

Con el tiempo nacieron, sin legislación alguna, por necesidad de satisfacer una demanda ó por la simple razón de sentirse “propietarios”, las Frecuencias Moduladas (FM). Éstas fueron conquistando la adhesión de los oyentes. No por la calidad de sus servicios, sino por la de su sonido, muy superior a la que pueden brindar las Amplitud Modulada (AM). La falta de una legislación que regulara a las primeras, produjo la primer gran “ola” que “inundó” parte de los "camarotes".

Los grandes desarrolladores de tecnología, han pensado en la radio digital e incluso en la Argentina, los más poderosos empresarios de los medios, cuentan con todos los elementos para ponerla en práctica. Un camino para que las AM sigan subsistiendo. Eso sí, serán – si alguna vez se pone definitivamente en marcha – solo las de ciudades más populosas del país las que podrán brindar ese adelanto. Las del interior, seguirán funcionando como pueden ó definitivamente desaparecerán del espacio radioeléctrico, dejando un vacío que nadie podrá llenarlo. Desaparecerá la historia y consecuentemente también un servicio que nadie podrá brindar.

Pese a cierto pesimismo hasta aquí expuesto, creo que hay salidas. Las mismas pasan por aguzar al extremo el ingenio, con el objeto de seguir “remando contra la corriente”, convencer a las comunidades donde aún funcionan (se han cerrado muchas. Solo quedan inmuebles y antenas como rémora) emisoras de Amplitud Modulada en el interior, que no es saludable la pérdida de sus mensajes, y que los Estados Municipal, Provincial y Nacional, también tomen conciencia. Es éste último a partir de sus gobiernos - sean del signo que sean - que involucrados en la cuestión, insten a perfeccionar la Ley de Medios vigente, que democratiza y “mella” la incidencia de los “grandes”, pero hiere “casi de muerte” a los “chicos”.

Nadie con sentido común y espíritu nacional puede oponerse a la participación en el mundo de las comunicaciones de emisoras para Pueblos Originarios u Organizaciones No Gubernamentales sin fines de lucro. Ello hace a la democratización de la palabra. De todas maneras las mismas, en ciudades pequeñas y medianas, nunca tuvieron censura ó imposibilidad de acceder a las emisoras que hoy sufren las consecuencias de una evidente agonía. No son precisamente, ellas, las que constituyen el "Tsunami" que ya viven las AM del interior con, decenas y decenas de años, de historia.

Unos cuantos de quienes estamos convencidos – equivocados ó no – que las emisoras de Amplitud Modulada son insustituibles, sabemos bien de que se trata y tenemos unas pocas, pero atendibles ideas, para que las “olas” no las tapen y sus “moradores” pasen a formar parte de la lista de los “damnificados sin retorno”.

Solo es preciso que los que poseen poder de decisión en esta actividad, tengan la amabilidad de escucharnos.

No hay comentarios: