lunes, 5 de septiembre de 2011

Nadie es dueño, para siempre, de "La Sortija"...



En el preliminar el resultado fue inobjetable, incuestionable. Como viene planteada la estrategia, son claros e interesantes los cambios en los mensajes de la “capitanía”. Las variables – entonces - no serían demasiado sustanciales.

Hay una actitud más armoniosa y agradable. Suma.

Consecuentemente, todo parece indicar que “no se trata de destruir al adversario, sino ganarle”.

No se observan signos de pretender perpetuarse, sino de profundizar en lo que se viene sosteniendo. A la luz de los acontecimientos, ha dado apreciables satisfacciones.

Si los índices económicos se mantienen, aunque deban enfrentarse sobresaltos, parece que las mayorías serán las beneficiadas. No es positivo que pretendan silenciarse las voces que se contraponen. Hay que escucharlas y darles crédito. El valor más relevante de la Democracia, está en admitir los debates, brindando espacio a todos. Radica en LA LIBERTAD el supremo bienestar del sistema.

No seré innovador en el dicho: LA POLITICA ES UNA CALESITA. Creerse dueño para siempre de LA SORTIJA, ó incitar por conveniencias personales ó puro fanatismo, que así sea, puede producir lo que algunos pensadores califican como corte horizontal. Éste, distancia. Después los tiempos para unir, son impensados.

Argentina, a la luz de los hechos históricos, nunca ha logrado ser suficientemente confiable y estable.

Todo parecería indicar que se está ante la GRAN OPORTUNIDAD HISTÓRICA, de cambiar esa visión que está adentro y afuera, de nuestras fronteras.

Desaprovecharla haciendo prevalecer los tan perjudiciales “ismos”, sería caminar como los cangrejos.

Al Pueblo de la Nación - pese a sus estados tan ciclotímicos, pasando desde el apasionado optimismo, al profundo pesimismo - le gusta caminar para adelante. 

Que no le impidan concretar su deseo, instándolo a embocar en LA SORTIJA, a fuerza de "rebenque y coraje".  

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