Desperté un poco tarde. Dí de comer a los perros (Labradores) y uno se escapó.
Lo encontré enseguida, pero enojé.
Se “ligó” un reto y también una especie de penitencia. La padeció debajo de un mueble antigüo.
Leí algunos artículos de los diarios de este domingo.
Y...el Perro se escapa, porque estuvo toda la noche encerrado y quiere, como cualquier Ser Vivo, la Libertad.
Lo comprendo y respeto.
Dicen que los perros Labradores, son de los más inteligentes.
Por eso, aprenden cuando se los trata con cariño y consideración.
Días pasados, un amigo contó como se murió su amado Loro Parlanchín.
Estaba acostumbrado a transitar por los pisos, mesas, árboles y hombros de la familia. Comía dentro de una jaula que permanecía siempre con la puerta abierta. Un día, apareció muerto dentro de ella.
La puerta estaba cerrada.
El Loro no necesitó autopsia.
El amigo evalúa que se murió al percatarse, durante horas, que estaba privado de su Libertad.
Con algo de remordimiento, invité al Labrador que volviera a usar el espacio donde suele observar como la vida pasa ó descansa.
A él, seguramente, tampoco le gusta la sumisión ó que le nieguen la Libertad.
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