Con este receptor, colocado a los pies de una mesa de luz, con 17 años cumplidos unos meses atrás, escuché el Comunicado Número 1, que daba inicio a uno de los genocidios más sangrientos de la política internacional.
Como simbolismo de aquella jornada del 24 de Marzo de 1976 lo publico en este post, porque conservo en la memoria, los dichos del locutor elegido por la Dictadura para transmitirlo por Radio Nacional (emisora que sintonicé, antes de acostarme).
Desde 1983, el aparato que ha pasado a formar parte de la historia familiar y del sueño de poseer un museo propio de ciertos elementos tecnológicos de aquel entonces, está silenciado. Creo que ha querido la Democracia que esté sin pilas, porque estoy seguro que hay NUNCA MÁS...
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