sábado, 26 de noviembre de 2011

El trágico SNOBISMO de estos tiempos...





Había decidido emprender el regreso. El reloj biológico anunciaba que era el momento del descanso. Detuve el caminar cuando en un lugar muy concurrido, conversaban animadamente dos personas relacionadas con la cultura popular. Primero fue la "puesta al día" en torno a nuestro pasado reciente, para después depositar las miradas sobre el pequeño "mundo" que nos rodeaba.


Observamos algunas aisladas escaramuzas en dos o tres grupos. Algunas perfilaban final violento. Nos provocó preocupación y colateralmente nos retrotrajo a nuestras épocas de juventud. 


Éramos solo tres, dos de los cuales formamos parte de la misma generación. Uno tomaba whisky y quería repetir. Más aún, intentó fumar. Ni lo primero, ni lo último, tiene permitido. La intervención de los contertulios impidió que el consumo de alcohol, continuara. Por lo tanto, la conversación siguió girando sobre los comportamientos de quienes merodeaban cerca.


La oposición al consumo de alcohol que había logrado resultado, dio lugar a largo diálogo sobre el porcentaje de jóvenes que buscan "amparo" en las drogas tóxicas,  las que promueven momentáneos estados de alegría y bienestar, para después sufrir consecuencias que - física y mentalmente - son irremediables.


Coincidimos que no debe haber más dilaciones. Hay que aportar. Cada uno de nosotros (que estimamos estar sanos) lo debemos hacer desde el lugar que ocupamos. 


No se trata de salir con ametralladoras bajo el brazo en la búsqueda de quienes la producen o la venden. Hay que concientizar. Y de este paso, no pueden estar ausentes, los padres de hoy y los padres del mañana. Menos aún, la dirigencia política, económica, social, cultural, deportiva y de toda índole. 


Las drogas tóxicas, llevan inexorablemente a la autodestrucción. 


El inicio en el consumo forma parte del SNOBISMO. De esto último, estoy seguro. El  SNOBISMO que "tiene un camino de ida, pero es muy complicada la vuelta" (como bien señalan muchas campañas de prevención en los medios de comunicación). Aseguran los especialistas, a nivel mundial, que solo tres, sobre diez, logran recuperarse definitivamente.


Los que padecemos la adicción de fumar, sabemos que fue a partir de querer realizar una picardía o bien pretender mostrar que eramos capaces de andar "echando humo, para conquistar". Si hay encuestas sobre el tema, y la pregunta es: como empezaron, la respuesta no tendrá dilaciones: probá, te queda bien el pucho entre los labios. También SNOBISMO, pero de otros tiempos. Se mantiene. Mata en cuotas. 


Las drogas tóxicas van produciendo daños irreparables en el sistema neurotransmisor (aclaro que no soy médico, ni por asomo). 


"Deja el cerebro como un queso gruyere", graficó un médico psiquiatra, con quién he conversado largo y tendido, sobre el particular. 


"Destroza la corteza cerebral, esa membrana que ordena la inteligencia y que no poseen los animales", apuntó otro profesional de la especialidad. "Los consumidores creen que la pueden dominar, y en el mientras tanto, aparecen cuadros ezquizofrénicos y psicóticos", agregó, para rematar con una expresión lapidaria "y, si no se presentan ninguno de esos cuadros en forma evidente, surgen los Accidentes Cerebrovasculares (ACV) y los ataques cardíacos. En ninguno de los cuatros casos, hay vuelta. Internación para siempre o muerte segura"


Las drogas tóxicas ya circulan como el agua. Quizá sea imposible su erradicación, pero puede menguarse su circulación, si las campañas de prevención son duras. Agrego, RECONTRADURAS.


En una de las exposiciones más difundidas de Steve Jobs (un auténtico revolucionario de la tecnología), éste señaló que estaba seguro que todos le tenemos miedo a la MUERTE. Y el consumo, lleva inexorablemente a un final que es irremediable. Y ese final tiene día, horario y nombre: MUERTE. Inadmisible que la misma se produzca por la "exagerada admiración por todo lo que es de moda" (etimología de la palabra snobismo).


No rechazo, pero acepto hasta - "ahí nomás" - las argumentaciones esgrimidas por consumidores en torno a los genes, soledades, falta de estímulo o ausencias. Muchas de estas argumentaciones, avaladas por quienes se abrazan al legado de Freud y de Lacan. Si esas apreciaciones fueran absolutas, la tierra estaría poblada por humanos sin sentimientos, por lo que su terminación se hubiese dado mucho antes de aquella pre-anunciación falsa, del pasado 11 del 11 del 2011.


La moda del consumo de drogas tóxicas, no es de ahora, pero se agrava. En Argentina, y en todos los países de la tierra. Todas las miradas y las broncas están dirigidas a los narcotraficantes. No está mal. Pero de lo que más hay que ocuparse - quienes no formamos parte de las grandes decisiones - es de quienes la consumen. Ellos son las víctimas, y es el futuro que se está haciendo "mierda" (disculpen el término). 


Hace pocos meses atrás realizaba una entrevista a un pibe de nuestro país, radicado con su familia en un pequeño pueblo de España. Aspira a ser jugador profesional de los mejores equipos del mundo. Cuando le pregunté como haría para llegar, respondió: "sacrificándome y alejado de las drogas. Aquí el consumo es cada vez mayor, y los chicos no se dan cuenta que es como si se cortaran las piernas". Pocas palabras para ser bien contundente. Sus padres están divorciados. A su Padre, lo ve de tanto en tanto. Económicamente no ha pasado por el mejor de los mundos. Su Mamá (a quién conozco) es hiperquinética. En Argentina, no jugaba ni de suplente, en la divisional que le correspondía.


Cuando en la noche de este viernes, observé como dos jóvenes (un hombre y una mujer) se insultaban a los gritos en una calle céntrica de la ciudad donde estaba, y un comerciante se acercó para decirme que los dos protagonizaban estos hechos a menudo, llegando a la violencia física, se desmoronó el cuerpo y debilitaron ilusiones. Tuve que respirar profundo y transitar lentamente para recuperar - si la tengo - capacidad de raciocinio y buena voluntad. Los jóvenes - según afirman - ya han sido sometidos a severos tratamientos médicos y de aislación de los círculos donde se mueven, como consecuencia del exceso de drogas peligrosas. 


Romperé la ortodoxia en la redacción de estas ideas:


"Que se dejen de romper las pelotas ciertos intelectuales considerados de jerarquía y ex presidentes que hablan de la liberalización del consumo. Si su postura se consolida, el futuro será mucho peor. Es una manera de sacarse el lazo de encima en términos de seguridad de los Estados, como así también achicar los gastos en materia de atención psiquiátrica en la medicina pública y privada". 


Ya he cumplido 55 años. 


No dejo de soñar en un mundo más digno, equilibrado y justo para todos. 


No dejo de soñar en poder ver a mis hijos y los hijos de nuestros hijos, siendo quienes produzcan la mejor revolución posible: la de la inteligencia puesta al servicio de la erradicación de la pobreza


Si el SNOBISMO del consumo de drogas, nos sigue ganando, habrá pocos cerebros pensando, demasiados muertos prematuramente y ríos de lágrimas. 


Contra "El trágico SNOBISMO de estos tiempos" debemos "pelear" sin retaceos.  

















2 comentarios:

Artemio López dijo...

muy bueno! Abrazo!

Anónimo dijo...

Prohibimos la venta de detergente ?
Si uno se lo toma, podria ser letal.

La prohibición como medida de contención es pesima. Es una cuestion cultural, cada droga tiene sus efectos y los usuarios tienen que ser concientes de lo que hacen.

N.-