sábado, 12 de noviembre de 2011

Programas de televisión que son espantosamente mediocres...


En principio aclaro que por razones ajenas a mi voluntad, desde hace varios días, mientras laboro en la computadora, alguien del círculo familiar mira tres programas de la televisión abierta Argentina.

He escuchado decir  ha algunos conductores, como también a quienes dicen conocer otras emisoras del mundo, que las nuestras pueden ubicarse entre las mejores. 

La posibilidad que nos brinda la televisión por cable ó satelital, es seguir algunas realizaciones que se producen en distintos lugares del planeta. 

Falsa, la referencia a la televisión nacional. Hay producciones de interés general, realitys shows y ficción, que quienes hablan de una televisión Argentina excelsa, se hacen los distraídos y consecuentemente engañan a los habitantes que no tienen la posibilidad de acceder a muchas señales que llegan desde Europa, Estados Unidos y América Latina.

En ninguno de los canales que suelo ver, gracias al zapping, nunca he tenido la desventura de encontrarme con realizaciones tan penosas como las que llevan adelante Jorge Rial, Alejandro Fantino y Viviana Canosa. Los tres me parecen patéticos y ridículos. Se podrá argumentar que gozan de saludable raiting, pero en verdad creo que se debe a lo expuesto en el párrafo anterior.

En los tres espacios, emitidos por los canales América 2 y Canal 9, respectivamente, se apela al mecanismo de analizar pseudo-psicológicamente el ambiente del espectáculo, poblado de individuos que por un segundo de fama, de lo único que pareciera son incapaces, es de “salpicar moralmente a la vieja”. Rompen con normas elementales del buen trato y convivencia.  Tampoco respetan el idioma, profiriendo todo tipo de improperios. En especial los programas de Rial y Canosa, se emiten en horarios donde hay muchos chicos frente al televisor, medio que no necesariamente debe ser transmisor de puritanismo, pero si aportar al mejoramiento de la calidad cultural de la sociedad. La situación es agravada por el azuzamiento que realizan los conductores ó quienes los acompañan. En uno de los espacios, su conductor autoelogia pontificialmente virtudes, mientras serrucha los sueños de otros, con el filo venenoso de su lengua.

Los medios de comunicación masivos, sufren la tiranía del raiting. No es razón para ofrecer programas donde sentados en “media luna”, el conductor y colaboradores, como así también interlocutores y en decenas de oportunidades equipos de exteriores, se esmeren por mostrar lo menos excelso de los seres humanos. Con ese mecanismo, que roza lo perverso, se intenta colocar a muchos entre las luces más deslumbrantes de las marquesinas ó bien hundirlos para siempre. Entre dimes y diretes, no se respetan - ni siquiera- cuestiones vinculadas con las propias familias de los que son expuestos públicamente.

Sería necio descartar que Rial recibe respaldo importante del público y que ha logrado con su estilo, ubicarse entre los más vistos, a la par de conquistar apreciable número de seguidores en una de las redes sociales más importantes del planeta. Por supuesto,  nunca estará ubicado entre los grandes que han pasado ó están pasando por el medio.

Raiting no es sinónimo de calidad y capacidad. Es solo eso: raiting. Este último sirve para tener extraordinaria tarifa publicitaria, ‘obligando’ a gerentes de empresas del rubro, pautar en su programa.

Alejandro Fantino podría ser designado Administrador General del Jardín Botánico, donde centenares y centenares de animalitos maúllan a lo largo de todos los días. Es atrevido, sin duda, pero carente de condiciones profesionales que puedan ubicarlo algún día, entre aquellos que fueron capaces de marcar un derrotero a imitar, en la televisión nacional. Ni siquiera cuando mantuvo el enfrentamiento con sectores allegados a Grondona, apareció la solidez de un profesional capaz de solidificar una situación que lo complicaba. Es el típico “cararrotas” que se anima a cualquier cosa. No sería extraño que, algún día, pueda lograr un reportaje con Barack Obama ó el Papa Benedicto. Internamente, algunos logros ya alcanzó. Han hecho cola dirigentes de importancia en la vida del país, para pasar por el estudio que, la mayoría de las noches, huele a cabaret (lugares que he frecuentado y hasta puedo frecuentar), pero estimo no deberían ser elevados a la categoría de ‘dignos’, en la televisión.

En el caso de Viviana Canosa, poseedora de buen “lomo” y voz que la convierten en sensual, va tras los pasos de los “enjambres” que se desatan en el programa de Marcelo Tineli. El conductor más exitoso de las últimas décadas, ni corto, ni perezoso, debe ser más que consciente que en ese espacio cuenta con la promoción más económica de los programas que produce y conduce.

El “cholulismo” de la sociedad, no será motivo de apreciación alguna de mi parte. Porque ?. Porque Interpreto puede menguarse, si  la televisión que se ofrece es más rica en contenidos y aborda los temas que llevan diariamente los tres conductores mencionados, desde otro ángulo.  Las miserias humanas son inevitables. Ello no obvia rescatar valores que pareciera van a parar bajo la alfombra.

Dejar una estela de supina mediocridad no constituye ejemplo alguno.

La televisión es la industria del entretenimiento. Los programas basuras o de escándalos con personajes irrelevantes, lejos están de ser sus familiares. 

No hay comentarios: