lunes, 7 de noviembre de 2011

Los muertos de hace pocos días, en rutas, ya forman parte de la estadistica...

Los graves accidentes de tránsito ocurridos la semana anterior, especialmente el de Ruta Nacional número 7, ya no está en los matutinos, tampoco en las radios, menos aún en los canales de televisión.

Ya pasó. Los muertos han sido sepultados en Banderaló, entre conmovedoras muestras de dolor de padres, amigos, vecinos, autoridades comunales y la sociedad de un distrito como General Villegas.

A partir de ahora, pasará a formar parte de la estadística de centenares de fallecidos en rutas argentinas. Rutas que son angostas, en su gran mayoría, y están cada vez más pobladas de vehículos de distinto porte.

Hace más de 25 años que transito muchos corredores viales, especialmente el de Ruta Nacional número 5 que une Luján (Provincia de Buenos Aires) y Santa Rosa (capital de La Pampa). Si los velocímetros de mis autos no han mentido, estoy por encima del millón de kilómetros. He tenido la suerte y el acopañamiento de Dios. Nunca tuve un accidente grave, aunque en más de una oportunidad salí en la búsqueda de la banquina.

Cuando durante el "menemato" con "bombos y platillos" anunciaban la concesión de rutas, se dijo que el objetivo era mejorarlas y consecuentemente pasar a formar parte de los primeros países del mundo en materia vial. Si apunto - especialmente - a la Ruta 5, todo lo dicho se convirtió en una mentira de proporciones. Aún sigue siendo reparada, y la doble mano que debe unir el conocido Acceso Oeste con Mercedes, no está terminado.

El tramo donde la Virgencita resolvió quedarse, y Olivera fue inaugurado tres veces.

Las empresas que ganaron la primera concesión, ahora forman parte de una UTE. Son los mismos dueños, parece, pero se involucraron económicamente otros actores.

Hasta aquí, una parte. Se puede escribir mucho más.

Lo cierto: es imprescindible que transformemos las principales rutas argentinas en AUTOPISTAS DE VERDAD. Si se utiliza el argumento que el problema de los accidentes es la irresponsabilidad de los conductores, hay una gran dósis de razón, pero ello no debe ser argumento para que se ignore una urgente necesidad.


Existen propuestas viables para que se haga realidad la demanda que surge de distintos sectores de la comunidad nacional, pero por sobre todas las cosas debe prevalecer la memoria para evitar que sigan sucediéndose muertes por decenas, y que las mismas no queden en el recuerdo estadístico, como tampoco en las heridas del alma que jamás cicatrizarán, de quienes se convierten en deudos.

El intendente municipal de General Villegas, Gilberto Alegre, escribió pasadas las 01.30 de este martes: AUTOPISTAS YA. La frase breve y contundente de un reconocido dirigente político, motivó a que escribiera raudamente este post.

















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