Solo escucho el trinar de pájaros, el roce de las hojas de muchos árboles movilizados por la suavidad del viento.
Veo el cielo celeste inmaculado, sin nubes que lo manchen, y admiro el sol resplandeciente que se vuelca en el paisaje, dándole luz a tanta belleza que siempre está en silencio.
Los perros acompañan con su recorrida minuciosa los espacios amplios, y parecieran poner a prueba su olfato.
Agradezco haberme despertado, otro día, y sin hablar, ruego sean muchos...muchos más...
No hay comentarios:
Publicar un comentario