En principio debo aclarar que de economía no entiendo un "pito", pero si puedo asegurar que soy un fanático defensor de la calidad en la producción, como clave para la competitividad internacional. De hecho, aunque no tenga el 'piné' de los especialistas, siempre he sido un admirador de Alemania, Francia y Estados Unidos, especialmente. Quizá con una mirada un tanto restringida, en tono a la totalidad de lo que producen, por tener especial pasión por la industria automotriz, he posado la atención sobre las marcas que han surgido de la capacidad de originarios de esos países. En este sentido, cabe mencionar Mercedes Benz, Volkswagen, BMW, Renault, Peugeot, Ford y Chevrolet.
En este sentido, adquirí hace unos días un producto que está emparentado con las automotrices, y no dejó de sorprenderme la calidad de India, comparada con China. Hay diferencias sustanciales.
Los chinos que ganan sistemáticamente más mercados. Con envidiable capacidad para imitar, dejan en evidencia, casi a simple golpe de vista, errores claros de calidad, aunque las prestaciones parezcan similares a los originales de las marcas. Incluso, y es una percepción personal, quedan dudas sobre el tiempo de prestación.
Después de algunas experiencias, el Made In China, por más barato que sea, no se lo recomendaría a muchos que, poco y nada estimo. No significa ello, que deje de reconocer el estupendo crecimiento en los últimos años, el que mantienen sostenido, como así también la importancia que reviste para Argentina, en el marco de la recuperación que experimenta nuestro país.
India posee mucho menos marketing que China, pero a la luz de lo que he podido comprobar, deja en claro que no solo tiene otra cultura, sino que también está más ajustada en lo que hace a su producción industrial, a lo que podría considerarse los estándares internacionales. Se observa en ellos, una búsqueda más fina del detalle en cuanto a la calidad y prestación.
Por neófito, necesariamente he tenido que recurrir a la nueva Biblioteca del mundo (Google), donde se señala que en el primer semestre de este año, el crecimiento económico indio, estuvo por debajo del obtenido el año anterior en idéntico período. Las razones son los índices de inflación. En este sentido, se publica un artículo donde se formulan críticas a las políticas llevadas a cabo por su Banco Central. De todas formas, el porcentaje no es nada desdeñable para los primeros seis meses del 2011: 5,4 %. Puntualiza el comentario, que la categoría Radio, Televisión y Equipos de Comunicación, es la que encabeza el ránking de crecimiento. En lo que hace a producción automotriz, India ostenta el séptimo lugar a nivel internacional.
Si bien, hay que considerar los procesos que China e India, han vivido después de la guerra fría, como así también como se desenvuelven internamente en términos políticos y económicos, es evidente que los segundos, si logran un mayor grado de estabilidad para adentro, serán imparables para afuera, y consecuentemente mejorando su inserción internacional, obligarán a los chinos a elevar las cualidades de los productos que desparraman.
India, así como se va convirtiendo en otra de las potencias mundiales, también teniendo en cuenta su demografía, es un mercado al que lo países emergentes han puesto su mirada, pero que - estimo - debe profundizarse.
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