jueves, 5 de noviembre de 2009

Cuando la red social deja de ser neutral...

Uno de los tantos estudiosos de las redes sociales elaboradas en Internet, ha señalado recientemente a conocido periódico argentino que las mismas son neutras. Si bien es ponderada su trayectoria y trabajo intelectual, animo a disentir.

Una prueba incontrastable de ello es lo que me sucedió en el día de ayer.

Mientras cerraba la tarea cotidiana, el chat de una de las direcciones de los Facebook se activó. El nombre y el apellido de quién se conectaba e insistía en conversar, era breve. El tradicional saludo: “hola”, se repitió en varias ocasiones. Cedí a lo que podía considerarse “cierta” presión e ignoré responderle de quién se trataba.

Preguntó sobre si conocía a una persona de sexo masculino, cuyo nombre y apellido, reservo. Dio a conocer el domicilio donde residía. Como si fuera un acertijo, mencioné posibilidades. No se trataba de la misma persona.

Después de unos instantes, se identificó.

Señaló que era solo una niña.

Quería saber si estaba en conocimiento que - a quién hacía referencia - residía en la ciudad desde donde se produce la dirección de Facebook.

Contesté que no.

Fue, entonces, cuando expuso que: su abuelo había sido muerto de un tiro en la cabeza hacía “tres años, ocho meses y seis días”, en una ciudad cercana al lugar de su actual residencia.

Pregunté sobre cuales fueron las razones y las explicó.

El caso que había involucrado a uno de sus seres más queridos tuvo amplia repercusión en la región Noroeste. Se realizó una pueblada, quemaron la casa del autor del hecho y éste fue trasladado a otra ciudad, con el objeto de preservar su vida.

La casi adolescente manifestó que había estado privado de la libertad, solo cuatro meses.

Alertó sobre la peligrosidad del personaje en cuestión y demandó Justicia, la que seguramente el autor de este post no le podrá brindar, aunque se comprometió a investigar ante el Departamento Judicial interviniente, las causas por las que el acusado de haber asesinado a su abuelo, transita con total y absoluta libertad por las calles de una de las ciudades más importantes de la Pampa Húmeda Arenosa.

El relato fue estremecedor. No puedo negar que sentí como una especie de escalofrío recorriendo la espalda. Y hasta alguna lágrima derramé.

Atiné a señalarle que le hiciera saber a sus padres del diálogo epistolar mantenido. Resolví transparentar mi identidad. Lo agradeció.

Expresé que la tecnología y la red Facebook había brindado la posibilidad de “cruzarme con un ángel. Que pusiera la mirada hacia delante, sin dejar de recordar al ser amado, pero eludiendo rencores ó resentimientos. Que la vida da oportunidades y seguramente se hará justicia”.

Reconoció el consejo, pero repitió: “me quitó hace tres años, ocho meses y seis días a mi abuelo. Nada se ha hecho para que el matador esté preso, como corresponde”.

No quedaban más palabras. Suspiré, respiré profunda y lentamente. Como si los dedos pesaran sobre el teclado, transmití la dirección de correo electrónico personal y un teléfono celular para que sus Padres pudieran comunicarse.

La impresión que se adueñó, una vez cerrado el chat fue: la conversación no había sido fruto de la imaginación de una chica de 13 años.
Los datos proporcionados coincidían con un acontecimiento que tuvo amplia repercusión.
Fui partícipe periodísticamente - a la distancia y por el medio donde trabajaba - para que se conociera en otros lugares del país.

La ansiedad se incorporó y habrá de ir desapareciendo una vez que converse con fiscales ó jueces.

En el mientras tanto, seguiré ratificando:
El Facebook no es neutral - en tanto y en cuanto - se utilice con beneficio de inventario.
Continuaré pensando que:
Uno de los poderes del Estado con enorme déficit ante el Pueblo argentino y que deberá recapacitar seriamente sobre su accionar, es el Judicial.


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