La política es la política, y ella se practica a cada minuto, hora, día, semanas, meses y años.
La inseguridad parece querer adueñarse del espíritu colectivo de los argentinos, y a ella debería referirme en este post, que no será demasiado extenso. Y la política, en la que también estoy involucrado, es la que debe encontrar la solución. Expuesto en otro espacio del blog, las ideas surgen a “borbotones”. Las mismas serán escritas como una contribución. Las iré desgranando durante los próximos días, nos toque a quién nos toque, nos duela a quién duela.
Obviaré en consecuencia la cuestión, aunque me “salgo de la vaina”, después de haber escuchado el testimonio demoledor del Padre de la maestra asesinada en Derqui, provincia de Buenos Aires, y que oí por Radio Mitre, a poco de iniciarse el programa que conduce “Chiche” Gelblung.
Destinaré espacio, en consecuencia, para hacer referencia a una nota que aparece en el diario Clarín y donde se señala que enviados de Eduardo Duhalde se reunieron con Enrique “Coti” Nosiglia. Se menciona a Ramón Puerta y Miguel Toma. Se dice lo que es un “secreto a voces” en la vida política Argentina desde 1983, hasta el presente. Nosiglia, conocido por su alineamiento con el radicalismo es considerado uno de los tantos “vivos” que se mueven en la vida Argentina, y amigo de Luis Barrionuevo.
Cuando lo leí, y dándole crédito al matutino porteño, recordé una entrevista que realicé a Juan Manuel Casella, en un programa de televisión en los pagos de Trenque Lauquen.
Por aquél entonces, Raúl Alfonsín había ofrecido al dirigente de Avellaneda la titularidad de la cartera de Interior.
El gobierno del dirigente fallecido hace poco tiempo, la estaba pasando mal ante la opinión pública.
Casella me comentó – fuera de cámaras - que el presidente lo había convocado para que se hiciera cargo de esa área que tenía mucho más incidencia que en la actualidad en las grandes decisiones del país. Le rechazó la propuesta. La argumentación: “ofrézcaselo a Nosiglia. El es uno de los grandes responsables de los que nos pasa. Jugar en las sombras resulta mucho más sencillo y permite gozar de impunidad. Que se haga cargo”. Así relató el ex diputado nacional y ex candidato a gobernador de la provincia en 1987, su respuesta a quien se insiste en considerar el “Padre de la Democracia recuperada en 1983”.
El "Coti" fue designado.
Una vez culminada su gestión, volvió a desaparecer de la escena pública. Salvo algunos artículos publicados en medios escritos, su figura casi fue olvidada. Recuperó algunos espacios a partir que su hijo se constituyó en presidente de la Juventud Radical, y también cuando se produjo la desaparición física del otrora líder del más que centenario partido.
La nota aparecida en Clarín, no hace otra cosa que certificar: “en la política nacional, nadie se retira definitivamente y máxime si tiene capacidad de daño ó es considerado un rápido para establecer vínculos gremiales, empresariales ó partidarios”.
Que dirá Juan Manuel Casella, que si bien en aquella oportunidad también dijo que solo leía el diario “La Nación”, hoy se enteró porque decidió comprar “Clarín” ó le mandaron una síntesis de lo publicado en los medios. Se habrá sorprendido ó se resignó, consciente que la historia más reciente y la presente, la sigue escribiendo – entre otros – uno de los hombres de su partido, cuyas virtudes destacadas, por quienes lo conocen ó conocieron, son precisamente las de saber jugar entre "bambalinas".
Parece ser que, “Duhalde aprendió algunas lecciones de Alfonsín, aunque éste último, junto con Menem, lo hayan dejado afuera del Pacto de Olivos de 1994”.
Se animará Casella a sugerirle a sus pares que si “hay gobierno de acuerdos programáticos en el 2011, su adversario en la vida interna partidaria, vuelva a ocupar un cargo ministerial”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario