martes, 17 de noviembre de 2009

Una jornada para no olvidar...

Lo mataron alevosamente al policía del Grupo Halcón, Sergio Sagasti.

En tanto, ocurrían otros hechos tremendos y dolorosos en la geografía de la provincia de Buenos Aires.

Asesinaron a una mujer y un joven en City Bell.

Mataron a una arquitecta en Avellaneda, con un tiro a la boca.

Una jornada para no olvidar. El dolor es intenso en la sociedad bonaerense en particular, y en la Argentina en general. Ignorarlo, sería de necios.

No voy a hacer de la inseguridad latente en el pueblo de la provincia de Buenos Aires, consideraciones enojosas ó que tiendan a profundizar el estado anímico deteriorado de un alto porcentaje de la sociedad. Me quedo abajo del colectivo al que se suben otros. Y no se trata de estar cuidando una especial circunstancia personal de este tiempo.

Quiero puntualizar en uno de los hechos de este “inolvidable” martes 17 de Noviembre del 2009.

Uno de los integrantes del grupo de élite más preparado de las fuerzas de seguridad de la provincia fue cruelmente asesinado, cuando encabezaba el operativo tendiente a esclarecer un luctuoso suceso que afectó a un integrante de la Policía Federal Argentina.

Sergio Sagasti cumpliría este miércoles, 31 años. Había sido reconocido en varias oportunidades por las pruebas de eficiencia en la tarea que se le había encomendado, y la que abrazó 11 años atrás.

El Grupo Halcón realizó el operativo a las seis de la mañana. Con un arma de 9 milímetros, recibió un impacto de bala en el mentón. Este le produjo la muerte, antes de que llegara al Hospital donde era trasladado.

Tan proclives los habitantes de esta provincia a censurar a la Policía de la provincia de Buenos Aires, por su participación en hechos que la desmerecieron durante la dictadura militar oprobiosa entre 1976 y 1983, como así también al involucramiento de algunos integrantes en situaciones delictivas deleznables durante los años de Democracia, hoy deseo hacerle un reconocimiento especial.

No han sido pocos los que se preguntaron en esta jornada, porque el Grupo Halcón no acribilló a balazos al delincuente que - desde las ventanas del inmueble que ocupaba en Haedo - disparó a matar a quienes concurrían a detenerlo.

Ha quedado la impresión que evitaron hacerlo.

Para muchos, inexplicable.

Para otros, un acto de altruismo y respeto por los Derechos Humanos.

Me inscribo entre estos últimos, aunque hubo momentos del día, donde la bronca, desazón e impotencia se apoderó de los sentimientos. Hasta llegué a romper con la armonía que inculcaron desde niño, y que mantendré a pie juntillas en todos los actos de la vida.

El Estado tiene cuatro prioridades básicas: Educación, Salud, Justicia y Seguridad. Se ha invertido esta pirámide, y todos deberemos tratar de reacomodarla. En ese contexto, tendremos que hacer una profunda autocrítica que excede a la política.

Para ello, quizá lo más conveniente sea hacer un gran esfuerzo para desterrar los macartismos, y trabajar a destajo para que el Pueblo castigue y premie, imitando el equilibrio propio de los países donde la prioridad es, conquistar la grandeza intelectual y el equilibrio social.


Y aquellos que intenten descifrar el post (porque se reconoce la acción policial) argumentando que hay alguna tendencia "fascista" en el análisis, lo siento. No es así





1 comentario:

Marcelozonasur dijo...

Creo haber entendido a la perfección el post. Si es así, pienso parecido. La policía no es mala, son malos los malos policías. Como la política, lo malo de esta son los políticos malos, no la política. Sin política, las corporaciones nos degluten con cuchara.
El tipo cumplio con su deber. Y sus compañeros igual.
Al mismo tiempo, vemos que el Fino Palacios se presenta "espontaneamente" en tribunales y queda detenido. Macri le dijo "presentate de noche, que así evitamos el circo mediático de tu detención durante el día".
Hay que quedarse con el ejemplo de los que cumplen. Y echar a los "finos".