jueves, 26 de marzo de 2009

El valor de los Partidos Políticos: debe recuperarse..

He creído, creo y seguiré creyendo en los Partidos Políticos, que desgraciadamente en la Argentina, algunos dirigentes se han encargado de hacer “Pelotas”, privilegiando el individualismo sobre el interés colectivo.
En la búsqueda de encontrar lugares para no caerse de a “Pedazos” y con el objeto de inventar “Confrontaciones” electorales porque no estaban de acuerdo con lo sucedido, se han ido inventando “Alianzas” que hicieron agua por todos lados.
Hasta el propio oficialismo, dio a luz la “Concertación”. En lugar de aportarle soluciones - ante el primer “trastabilleo” - constituyó un fracaso.
Resultado: debilidad política y desconfianza.
La constitución de "Frentes Electorales" dista bastante de las “Alianzas”.
Los primeros fortalecen a los partidos ante la necesidad de incrementar su caudal electoral y conquistar una mayor aceptación social, en la búsqueda de cristalizar las propuestas ofrecidas.
El Peronismo ha sido especialista en la conformación de los mismos.
Cuando dirigentes, incluso surgidos de sus filas, apostaron a lo segundo, naufragaron. Se dieron la “cabeza contra la pared”.
Argentina no necesita de compromisos entre sectores con inconsistencia en la confluencia ideológica ó metodológica.
Si bien se llegó a la instancia que gozamos desde 1983, después de años de oprobio provocados por la dictadura militar, nuestra situación es diferente a la de Chile, por ejemplo, donde se recurrió a pactos entre varias corrientes a fin de evitar que fracciones afines al “pinochetismo”, bajo el manto democrático, accedieran al poder público.
La dirigencia política vernácula tiene “propensión” a “perder” la memoria.
Olvida que la lucha para retornar a las urnas hace casi 26 años la dieron la gran mayoría de los sectores nacionales, pero hubo un camino marcado por lo que se conoció como Multipartidaria, donde confluían todas las fuerzas con capacidad de lograr legítima representación ante el Pueblo.
Era placentero escuchar a partir de 1982 - cuando lentamente comenzaban a abrirse las puertas para el debate en Libertad - a dirigentes como Arturo Frondizi (MID), Italo Luder y Antonio Cafiero (Partido Justicialista), Raúl Alfonsín y Juan Carlos Pugliese (Unión Cívica Radical), Oscar Alende y Marcelo Arabolaza (Partido Intransigente), entre otros, que al escribir este post, recuerdo.
No solo hablaban de volver a insertarnos entre los países democráticos del mundo, sino que también fijaban sus puntos de vista sobre la Nación que soñaban.
El proceso militar tuvo que dejar el Poder que aspiraba poseer por muchos años, y los argentinos nos encaminamos a la Democracia.
La Multipartidaria cumplió con el papel autoasignado y contaba con respaldo popular.
Se llegó a la elección de 1983. Fueron a la misma sin tener que recurrir a “artimañas” como las que se "respiran" en la actualidad.
Quienes la integraban, preservaron identidad y pensamiento propio.
El valor de los Partidos Políticos fue fundamental para ir cimentando el sistema de vida que se inició con enormes dificultades, y donde todavía no estaban “liquidados” todos los vestigios del “militarismo”, enseñoreado en el poder desde aquel fatídico 24 de Marzo de 1976.
Las “marchas y contramarchas” provocaron que surgieran desavenencias. Sobre ellas se “montaron” unos cuantos. Colateralmente se empezó a transitar por el camino del debilitamiento partidario. Las elecciones que se fueron sucediendo sometieron a algunas de las corrientes a la más “mínima expresión”, y como señala acertadamente el axioma: “A río revuelto, ganancia de pescador”.
Los grandes vencedores son los que dicen apostar a la Democracia, aprovechando para “arrimar agua a su molino”. No se incorporan a los partidos. Se "regodean" con la endeblez de los mismos. Les viene como "anillo al dedo". Satisfacen intereses de grupos, alejados de las mayorías populares, ante las oportunidades que se brindan.
La política, en tanto, muestra segmentación, fragmentación e incapacidad de unir intereses comunes.
Estoy convencido, porque la “mamo” desde la “Misa y Procesión” que ahí reside uno de sus males y por donde se “filtra” la crítica que - sistemáticamente - se realiza por quienes “están afuera”.
La recomposición de los Partidos Políticos aprovechando este momento de crisis que se vive, interna y externamente, es un imperativo.
Ningún país del mundo puede darse el “lujo” que muestra Argentina, donde aparece la disgregación dirigencial que bien podría considerarse grave para la afirmación del sistema político.
Imaginemos a España sin el PSOE y el PP, ó a Estados Unidos sin los Demócratas y Republicanos.
Está la oportunidad. Solo falta tomar conciencia.
Los tiempos que corren no admiten “ismos”. Se terminaron definitivamente.
Es hora de hablar de Partidos Políticos, dinámicos; constantemente actualizados; abiertos al diálogo y discusión; dispuestos a establecer consensos; a promover que quienes llegan con ellos a lugares votados por el Pueblo deban quedarse ahí hasta que terminen sus mandatos, sabiendo plantear las diferencias desde adentro; modernizándolos con equipos humanos con especialización tecnica en todas las áreas; invirtiendo en tecnología; exigiendo trabajo y más trabajo a los que se colocan su “cocarda”; con comités de disciplina trabajando a destajo; estructuras físicas que posibiliten desarrollar la tarea partidaria a pleno; con la aplicación del ida y vuelta entre representados y representantes; con vocación de sacrificio de sus integrantes, y suplantando “Patrones” por “Conductores”.
Así como los Municipios son la célula básica de la Democracia, los Partidos Políticos son el cimiento para su fortalecimiento.

1 comentario:

Marcelozonasur dijo...

Comparto plenamente.

Si mal no recuerdo, a poco de asumir Cristina, en un acto en la Rosada, Nestor se mostro en el estacionamiento con el hijo de Alfonsín y Coti Nosiglia. La ídea, supongo era Cristina gobierna, Nestor Presidente del PJ... y se trataba de volver a instalar al radicalismo como segunda fuerza, asi el país tenia PARTIDOS POLÍTICOS fuertes, como fue o trato de ser siempre.

Pero lamentablemente el intento de golpe destituyente de la iglesia, Clarín, la oligarquia capestre, trastoco todos los planes. Un año perdimos por esos cuatreros que cortaban rutas. Hoy sin pena ni gloria se bajan de las rutas con la excusa de "la iglesia pidio por la paz social, no hacemos mas cortes"


Pero si, que vuelvan los partidos politicos, elecciones internas, funcionamientos organicos, militancia, discusiones de las bases en las unidades basicas o comités... DEMOCRACIA!