viernes, 20 de marzo de 2009

Un Peronismo que sigue sin aflojar...


El peronismo de la provincia de Buenos Aires está en el poder desde el año 1987.
Por el Ejecutivo pasaron Antonio Cafiero, Eduardo Duhalde, Carlos Ruckauf, Felipe Solá y ahora es el turno de Daniel Scioli.
Han transcurrido casi 21 años, y el Pueblo bonaerense sigue confiándole la conducción gubernamental.
Como señalara hace poco tiempo un encumbrado dirigente partidario ante dos de los periodistas más influyentes del país, ya se terminó la hora de “llorar sobre la leche derramada. Estamos hace 20 años en la provincia de Buenos Aires y nuestra obligación es responder convenientemente a las demandas de la gente”.
No se equivocaba.
La decisión de sumar a Eduardo Camaño al gobierno no será – seguramente – la solución a todos los problemas ó a la consolidación del Peronismo en el Poder bonaerense, pero es una contribución para demostrar que el Movimiento está vivo, a pesar de las viscitudes propias de esta Argentina zigzagueante, y de un Estado cuya conformación es elefantiásica en administración pública, corporaciones empresarias y profesionales, demografía, niveles de pobreza, exclusión y expansión territorial.
Camaño es un dirigente, cuya experiencia nadie se animaría a poner en duda.
Fue intendente municipal del distrito de Quilmes, Diputado Nacional y presidente provisional de la Nación durante 48 horas cuando el país, en las últimas semanas del 2001, parecía ingresar en la disgregación social.
En aquel tiempo, que permanece vivo en la memoria de todos los argentinos, el flamante titular de la cartera política de Daniel Scioli, supo poner cuotas de prudencia, moderación y consenso.
Nunca se lo observó perdiendo la calma.
En lo particular, fui testigo de una reunión que se desarrolló en su despacho de la Cámara de Diputados de la Nación, cuando los ánimos estaban sumamente exaltados y eran unos cuantos los que pretendían “movilizar” toda la “tropa” con el objeto de hacer prevalecer lo que consideraban justo, en circunstancias extremadamente complicadas.
Estoy convencido que la totalidad de los dirigentes que conforman el Gobierno de la provincia de Buenos Aires y quienes lo acompañan desde la Legislatura, son plenamente conscientes de la situación que atraviesa el país (no se está exento) en estos tiempos, y que por ello harán los esfuerzos para “ratificar el porque de 20 años en el Gobierno, y la necesidad de acelerar los cambios que los ciudadanos demandan”.
Los analistas de los medios podrán hacer todas las lecturas que crean convenientes, sobre internas palaciegas, operadores que podrían haberse movilizado para este “amenizaje”, la incidencia del gobierno nacional, etcétera.
En mi caso, aunque me tocan las generales de la ley, pretendo analizar con esperanza, que la Provincia debe dejar de ser el “Patio Trasero de la ciudad de Buenos Aires” (como decía Antonio Cafiero) y empezar a transitar, aunque sea lenta, pero sin detenimiento, hacia el espacio que realmente le asigna su propia historia.

2 comentarios:

eduardo dijo...

Estimado, coincido plenamente con el último párrafo, pero justamente esos gobiernos (1987-2009) no han echo demasiado para revertir la situación. Es más, creo que todo lo contrario. Desde Ruckauf-Solá, no solo no se mantuvo la formalidad de colocar un hombre de la provincia interior en la fórmula sino que directamente ninguno de los dos es bonaerense. Además, el Sr. Scioli le está pidiendo al Gob. nacional que le envíe tropas de Gendarmería, reconociendo que la pcia. no puede cumplir con una de sus obligaciones primarias.
Atentamente

Emilio dijo...

Gracias por la info, muy bueno el blog, saludos.