La única que vale es la que se produce al término de una elección. Y después de eso, “a otra cosa mariposa”.
Acepto, eso sí, que vivir de acuerdo al palpito de lo que puedan señalar los “encuestólogos”, no solo se registra en la Argentina, sino que está incorporado al ánimo y decisión de todos los partidos políticos de la tierra.
En nuestro país las mismas se realizan, en alto porcentaje, para ver quién pierde ó gana, y si “cuaja” cuales son algunos de los temas que más preocupan. Tengo la impresión, entonces, que los sondeos de opinión resultan insuficientes.
Si se profundizara en el trabajo de investigación nos encontraríamos con la ingrata sorpresa que algunos candidatos ó aspirantes a serlo reprueban el examen electoral.
Es palpable en buen porcentaje de quienes pretenden “ganarse” el favor de los ciudadanos que desconocen cuestiones elementales. Por supuesto, ni que hablar de las que pueden ir gestándose, de cara al futuro.
Hay un simplismo que podría considerarse falta de respeto.
Siguiendo con el consejo de encuestadores ó consultores debe hacerse hincapié en dos ó tres temas. Con eso es suficiente, porque según aseguran, el Pueblo no registra una tira interminable de cuestiones que los afectan.
Siempre he estado convencido que muchos dirigentes serían un verdadero “Show del Disparate” sometidos a 48 minutos de televisión neta, en un programa de preguntas y respuestas geográficas, históricas, sociales, filosóficas y hasta deportivas.
Ni que hablar de algunos periodistas que solo pueden analizar la realidad desde la coyuntura. Algunos de estos últimos aseveran que Pergamino está en la provincia de La Pampa ó confunden soja con trigo. Más, no pueden transmitir de memoria quienes gobernaron el país entre los años 1945 y el 2009. Sin el teléfono celular, operadores de prensa ó políticos que les comenten que sucede y diarios, dejarían de estar en el aire.
Es imposible pretender que sean “Licenciados en Ciencias Generales”, tanto políticos como colegas.
En el caso de los dirigentes no se puede pretende el “voto calificado”, pero es inaceptable que los mismos sean incapaces de someterse a un profundo interrogatorio que deje en claro que están en “condiciones de asumir responsabilidades públicas para dar satisfactorias respuestas a la sociedad”.
La coyuntura (cuestiones del momento) es importante, pero si solo se transita por ese camino, las posibilidades de imaginar el cambio, al menos para el autor de este post, es inviable.
Quién en Argentina se anime a producir una especie del “Odol de la Política”, provocaría un suceso televisivo ó radial de altísimo raiting.
No habrá alguien que se anime a concretarlo y de paso convencer a quienes realizan encuestas y consultores - especialmente en campañas proselitistas - que sean ellos los que apunten los temas que deberían responder los candidatos.
En el caso de la provincia de Buenos Aires, son contados con los dedos de una mano, los dirigentes que siendo requeridos por los medios periodísticos puedan expresar de un “solo saque” los nombres de los 134 distritos de su geografía, cantidad de habitantes, porcentaje de pobres registrados, la composición de las secciones electorales, las rutas que la cruzan, los ríos ó sus lagunas.
Si lo ennumerado, por citar solo algunas cosas, es desconocido para quienes pretenden gobernar ó bien dudan en responderlo, son escasas las esperanzas que puedan solucionar - aunque sea en parte - los problemas de las mayorías.
La coyuntura (cuestiones del momento) es importante, pero si solo se transita por ese camino, las posibilidades de imaginar el cambio, al menos para el autor de este post, es inviable.
Quién en Argentina se anime a producir una especie del “Odol de la Política”, provocaría un suceso televisivo ó radial de altísimo raiting.
No habrá alguien que se anime a concretarlo y de paso convencer a quienes realizan encuestas y consultores - especialmente en campañas proselitistas - que sean ellos los que apunten los temas que deberían responder los candidatos.
En el caso de la provincia de Buenos Aires, son contados con los dedos de una mano, los dirigentes que siendo requeridos por los medios periodísticos puedan expresar de un “solo saque” los nombres de los 134 distritos de su geografía, cantidad de habitantes, porcentaje de pobres registrados, la composición de las secciones electorales, las rutas que la cruzan, los ríos ó sus lagunas.
Si lo ennumerado, por citar solo algunas cosas, es desconocido para quienes pretenden gobernar ó bien dudan en responderlo, son escasas las esperanzas que puedan solucionar - aunque sea en parte - los problemas de las mayorías.
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