jueves, 12 de marzo de 2009

Errores..Tosudez..Elecciones..Poderosos..Debiles


Sin ánimo de polemizar, siento la enorme necesidad de exponer, después de escuchar los discursos pronunciados en Córdoba, donde la Mesa de Enlace realizó un acto para “refrescar” el inicio del prolongado conflicto con el Gobierno Nacional como consecuencia de la anunciada Resolución 125 en el año 2008, por parte de quién fuera ministro de Economía de la Nación, Martín Lostó.
Nací, crié y desarrollé, particular y profesionalmente, en “Tierra Adentro”. Concretamente en la Pampa Húmeda bonaerense.
En ese espacio territorial palpité el esfuerzo de mis padres, cuya única posibilidad de sembrar estaba en el patio y las masetas. Trataron de educar a sus hijos con el mayor de los sacrificios y jamás pusieron a los pequeños, medianos o grandes terratenientes en la “vereda de enfrente”. Por el contrario, bregaron para que las diferencias no fueran sentidas. Consecuentemente, jamás alimentaron males capitales como el “egoísmo” ó la “envidia”. Inculcaron para sentirlos pares.
Creo, cumplidas esas premisas partidas desde el seno de un hogar de verdaderos trabajadores y auténticos ciudadanos argentinos.
Desde aquél 11 de marzo del año anterior y ante la prolongación de la discusión con el Gobierno que conduce Cristina Fernández de Kirchner, he sentido que mis ideas varian en forma constante, sin necesidad de recurrir ó escuchar a filósofos.
Se ha entremezclado la comprensión y la bronca. Aunque les importe un carajo la opinión, para quienes han señalado no cejarán en sus demandas, me está ganando lo último, aunque insistan que la apuesta es al cambio y a un País Federal.
Las autoridades nacionales han cometido errores y los asumió hace muy pocos días cuando la propia presidente de la Nación, sorpresivamente, apareció en el ministerio de la Producción con el objeto de limar asperezas.
La actitud de la Mesa de Enlace y algunos dirigentes de la oposición, no parece la misma. Más bien, está quedando la impresión que se pretende tensar la cuerda, aprovechando que el 2009 es un año electoral y donde según “rezan” algunas encuestas se ha producido un debilitamiento en el Poder que había logrado concentrar el Frente para la Victoria-Partido Justicialista.
El Campo, nadie lo duda, juega un papel relevante en la economía Argentina, y en más de una oportunidad se ha dicho con razón que “Podríamos ser el Supermercado del Mundo”. De ahí a creer que son el “ombligo” del país, hay una distancia enorme.
La responsabilidad de lo que hoy pasa, no es solo achacable al Gobierno en ejercicio, sino también a quienes lo antecedieron y de un sector que salvo honrosas excepciones arriesgó, solo, a la producción de commoditties. Pueden excluírse industriales de aquellas provincias donde se entendió que frente a la devaluación “criminal” del 2002, debía reiniciarse una especie de revolución metalmecánica importante, a la que se le había firmado un certificado de defunción en la década del 90.
Pocas veces tuve la oportunidad de comprobar que buen porcentaje de productores a los que me inculcaron no los colocara distanciados de la situación económico-familiar, apostaran al desarrollo agroindustrial ó agroalimentario.
Arriesgados frente al difícil clima que impera en esta parte del continente americano, vi a pocos “jugársela” con inversiones destinadas a la generación de Trabajo más Trabajo.
Hago un juego de interpretación: “nosotros producimos y que los riesgos de la movilidad económica los corran quienes pueden beneficiarse con el derrame”.
Si se realizara una estadística sobre quiénes son los propietarios de empresas comercializadoras de granos, producción y venta de maquinarías agrícolas, industrias relacionadas con los insumos utilizados por el sector, concesionarias de automóviles, pick-up y camiones, entre otras actividades que hubiesen permitido el trabajo sustentable y perdurable en el tiempo, seguramente podría comprobarse que son escasos los productores ó los herederos de los mismos, que se atrevieron.
Es necesario hacer la salvedad en pequeños-medianos tamberos y ganaderos, como los dedicados a lo que se conoce como “Economías Regionales”. Estos tres sectores, a la par de ser sacrificados, son multiplicadores de mano de obra y por consiguiente aportantes a la mayor dignidad que el hombre puede alcanzar: Trabajo.
Desde aquel Enero del 2002, cuando el presidente provisional Eduardo Duhalde, debió variar su discurso original de asunción y anunciar una devaluación, para colocar a Argentina en un contexto competitivo internacional, que dejaba a miles de argentinos excluidos del sistema, observé un avance sostenido, sin pausa y hasta casi abrumador de “pooles” de siembra, inversores extranjeros y profesionales de cualquier índole dispuestos a alquilar ó comprar miles y miles de hectáreas.
No fueron escasos, en consecuencia, los que resolvieron sentarse cómodamente en sus casas ó deambular por distintos lugares públicos haciendo “alarde” de su tranquilidad económica.
Habían arrendado o vendido sus campos a valores impensables, por hectárea.
Habían sido “bendecidos” por el sistema que comenzaba a aplicarse y se convertían en los más cómodos ciudadanos, rayano en lo que tantas y tantas veces se ha censurado: la renta fácil.
No faltó quién destinara parte de esos recursos surgidos por obra y gracia de la devaluación, a la especulación financiera, cuyo padecimiento deben sufrir los que menores ingresos o posibilidades de desarrollo tienen.
El sector agropecuario siempre mereció ventajas comparativas con relación a otros sectores de la economía nacional.
Ante la sequía:
Emergencia y/o Desastre Agropecuario.
Ante las inundaciones: Idem a lo anterior.
Ante la caída de los precios internacionales: refinanciación de sus deudas.
Y así se podría hacer una lista interminable que podrían calificarse como “beneficios” ó “prerrogativas” a las que no tienen acceso:
- Los desocupados.
- Los cartoneros.
- Los trabajadores.
- Los tomadores de financiación para la compra de viviendas.
- Los que soñaron con llegar al auto cero kilómetro y hoy piensan en devolverlo por el alto costo de las tasas bancarias.
- Los que asumieron la toma de créditos con porcentajes variables.
- Los comerciantes que se “funden” por falta de ventas.
- Los que apuestan a la creación de pequeñas, medianas ó grandes industrias.
- Los fabricantes de alimentos.
Estos últimos no “padecen” retenciones, pero carecen de “red” ante la posibilidad de la caída.
Todo ciudadano tiene derecho a manifestar sus desacuerdos en Democracia, pero queda en evidencia con el acto de Córdoba realizado hoy, que existen “Poderosos” y “Débiles”.
Los debiles, siempre terminan siendo los perdedores, aunque se les diga que se intenta hacer prevalecer la solidaridad, generosidad y distribución equitativa de los recursos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

le recomiendo informarse sobre la intervención de Moreno en el mercado de la carne, el gobierno sigue jugando a romper la cuerda.

Del otro lado tienen garcas y gente trabajadora, pero los siguen emparejando.

Anónimo dijo...

Moreno hace lo correcto. Lo que no hacian los secretarios de comercio coimeros del periodo 1976-2003